Sexuality Policy Watch [ES]

Nota de repudio por la destitución de la Coordinadora de Salud de las Mujeres del Ministerio de Salud de Brasil

Ya es corriente afirmar que en Brasil no tenemos pandemia sino pandemonio, secuencias infinitas de acciones escandalosas con fuerte apuesta en el caos institucional y social ahora con la COVID-19. Cada día hay una mala noticia. La de la semana pasada (Junio 1-8) ha sido la destitución de tres profesionales que ocupaban puestos de coordinación y dirección en el Ministerio de Salud y funcionári@s de alto rango técnico, que han elaborado y firmado una Nota Técnica preconizando la manutención de los servicios de salud sexual y reproductiva, incluyendo la atención a las mujeres que pueden acceder al aborto en casos legales (violación, anencefalia, riesgo de vida). La destitución lo hizo el propio Ministro Interino de Salud tras una publicación en Twitter de Bolsonaro que se quejaba abiertamente de la Nota Técnica.

Bolsonaro busca tenazmente crear plazas en el aparato estatal para instalar personas sintonizadas con su ideología, descartando servidores públicos con capacidad técnica reconocida. Eso viene ocurriendo desde el 2019 cuando hubo uno de los casos más ejemplares: en agosto Bolsonaro destituyó al director del Instituto de Pesquisas Espaciales (INPE) tras la publicación de datos sobre la intensidad y la extensión de los incendios en la región Amazónica, lo que molestó muchísimo al gobierno. Con la llegada del Sars-Cov-2 en Brasil empezaron los conflictos en el ámbito de la política de salud. En marzo de este año, Luiz Henrique Mandetta, que estaba en el gobierno desde su comienzo, fue destituido del puesto de Ministro de Salud por el hecho de no pactar con la lógica necropolítica impulsada por Bolsonaro, la cual abarca la suspensión de las medidas de aislamiento social y la distribución de cloroquina como terapéutica para la COVID-19 y con eso “abrir la economía”. El médico Nelson Teich sustituyó Mandetta en el puesto de ministro de salud pero no duró ni siquiera un mes en el gobierno, siendo sustituido interinamente por el general del ejército Eduardo Pazuello que ya ocupaba el puesto más importante abajo del ministro.

Debemos ubicar la destitución del equipo del área de salud de la mujer en ese contexto de autoritarismo y militarización pero igual se vincula directamente a la agenda antiaborto del gobierno. Bolsonaro en Twitter afirmó que la norma además de apócrifa iba a legalizar el aborto en el país. En realidad el equipo, sus coordinador@s y la dirección departamental han sido desechad@s por haber cumplido su rol de señalar las acciones necesarias al acceso a la salud sexual y la salud reproductiva de las mujeres durante a la pandemia en base a los principios legales y normas sanitarias vigentes juntamente a las recomendaciones de la Organización Mundial de Salud (OMS). Las personas destituidas estaban correctas, por lo tanto la destitución fue un acto flagrante del arbitrio que forma parte de un escenario más amplio de deterioro de las instituciones democráticas del país, el cual se explica también por la subida de tono de actores contrarios al género y los derechos sexuales y derechos reproductivos. Desde enero de ese año se observa que las intenciones autoritarias de Bolsonaro se ponen cada día más claras y flagrantes.

En ese ámbito hay por lo menos dos eventos remarcables a mencionar. En abril el Supremo Tribunal Federal juzgó una acción sobre derechos de las mujeres bajo los impactos de la epidemia de Zika la cual incluía una demanda para el acceso al aborto en el caso de mujeres infectadas. La Corte ha negado las demandas de la acción alegando razones técnicas, sin embargo no ha tocado en las cuestiones substantivas. Como era previsible las fuerzas antiaborto se han movilizado contra la acción y consecuentemente la Corte, haciendo protestas que forman parte de un conjunto más amplio de acciones contra el judiciario y de las cuales hablaremos más adelante. Esos grupos han sido recibidos por Bolsonaro que declaró que mientras esté en el poder “no habrá abortos en Brasil”. Y luego al listar posibles nombres para el Ministerio de Salud, tras la renuncia de Nelson Teich, declaró que el nuevo ministro tendría que ser una persona con posiciones firmes contra el aborto.

En el día 22 de abril ocurrió un evento aún más remarcable: la fatídica reunión ministerial la cual el ex Ministro de Justicia Sergio Moro señaló como una de las pruebas de las intenciones del presidente de intervenir en la Policía Federal, razón de su ruidosa dimisión del gobierno Bolsonaro. En dicha reunión, cuyo video ha sido hecho público por demanda de la investigación judicial  en curso, varios ministros y el mismo Bolsonaro han hecho declaraciones espantosas en lenguaje soez. En ese debate aterrador, la pastora Ministra Damares Alves, del Ministerio de la Mujer, Familia y Derechos Humanos, una vez más afirmó que Brasil es un país contra el aborto y, rebasando sus atribuciones, le miró en los ojos del entonces Ministro de Salud Nelson Teich para decir que habían  muchas feministas pro aborto en el Ministerio de Salud con las cuales habría que “tener mucho cuidado”. Así la Nota Técnica publicada en comienzos de junio no ha sido sino un pretexto para que el gobierno, contrario a las normas y leyes vigentes, pudiera dar un paso más en su cruzada contra la autonomía reproductiva de las mujeres.

Adicionalmente hay que considerar lo que se pasa en la dinámica política de la sociedad.  Desde 2019, pero con mucho más intensidad desde enero de 2020, las bases políticas bolsonaristas estuvieron atacando en las redes sociales y con protestas públicas el Congreso y la Corte Suprema, clamando por un golpe militar. Desde la llegada de la pandemia Bolsonaro ha participado en varias manifestaciones de sus seguidores desobedeciendo abiertamente las reglas de aislamiento. Esas movilizaciones están estrechamente vinculadas a la agenda antigénero, antifeminismo y antiaborto que ha tomado cuerpo en Brasil desde 2015 con efectos evidentes en el proceso electoral de 2018. (ver Corrêa y Kalil, 2020)

Así no es sorprendente o insólito que haya surgido, entre abril y mayo de 2020, un nuevo grupo de derecha autodenominado “Grupo de los 300 de Brasil”. Este grupo de perfil falangista, que se complace de portar armas, armó un campamento en la zona cercana al Palacio Presidencial  en Brasilia. En el liderazgo de ese grupo, entre otras personas, está la activista antiaborto Sara Winter, cuyo nombre es inspirado por una conocida Nazi británica del comienzo del siglo 20, quien surgió en la escena política nacional en 2010 como miembra del grupo Femen. Unos años después,  Winter fue “convertida” al movimiento contra el derecho al aborto, volviéndose una globetrotter así ha visitado países de Europa del Este y sobre todo de América Latina (para saber más sobre Winter).

En la medianoche del 30 de mayo aproximadamente treinta personas de su grupo falangista se pusieron delante de la Corte Suprema con tochas, mascarillas blancas, capuces y pistolas. De allí hicieron varias amenazas al juez que está investigando la propagación de desinformación  y fake news por los grupos bolsonaristas lo que incluyó una búsqueda policial en la casa de Winter. Nos es políticamente insignificante que,  hasta el final del 2019 Sara Winter, dirigió un programa de protección a la maternidad en el Ministerio ocupado por Damares Alves.

Firma la carta como institución e individuo hasta el 19 de junio

Nota conjunta

6 de junio de 2020

El gobierno federal miente de nuevo, ahora para se posicionar contra el derecho de las mujeres a la salud integral, en especial a la atención a la salud sexual y la salud reproductiva que incluye el acceso al aborto en los casos previstos en la legislación y los cuidados de las secuelas por aborto espontáneo o inseguro.

El gobierno miente al afirmar que la Nota Técnica del Ministerio de la Salud es apócrifa. No existe Nota Técnica apócrifa, pues el documento ha sido elaborado por profesionales,  técnicas y técnicos del Ministerio de la Salud,  y fue sometido a distintas aprobaciones alcanzando las firmas de autorización necesarias antes de ser publicado. Esta Nota Técnica específicamente fue elaborada bajo demanda frente a una coyuntura que se impone y desde discusiones formales en el ámbito nacional e internacional. La Nota fue producida por el equipo de la Coordinación de la Salud de las Mujeres que integra la Coordinación General de Ciclos de Vida del Departamento de Acciones Programáticas Estratégicas de la Secretaría de Atención Primaria de Salud del Ministerio de la Salud.

El gobierno miente cuando afirma que la Nota Técnica nº 16/2020 – COSMU/CGCIVI/DAPES/SAPS/MS legaliza el aborto. De esto no se trata. La Nota trata del acceso a la salud sexual y la salud reproductiva en el contexto de la pandemia de COVID-19. Además llama la atención para la salud de las mujeres en las distintas etapas del ciclo de vida y alerta para la necesidad de garantizar el acceso de las mujeres a la salud integral poniendo a disposición servicios de calidad para la elección de métodos anticonceptivos, realización de prenatal y parto y la atención de los casos de aborto.

La Nota está de acuerdo con la determinación de la Organización Mundial de Salud (OMS), segundo la cual unidades que ofrezcan servicios de salud sexual y salud reproductiva son consideradas esenciales, sus servicios no podrían ser interrumpidos durante la pandemia de COVID-19. Subraya aún que teniendo en cuenta la desigualdad social en el país se impone la necesidad de acciones equitativas para asegurar el acceso a la salud sexual y la salud reproductiva de calidad con el objetivo de reducir el embarazo no planeado y garantir información y atención a los casos de violencia sexual.

La Nota reconoce la trágica realidad de la violencia contra las mujeres y señala los caminos necesarios por lo menos para la reducción de los daños de este tipo de violencia, incluyendo la interrupción voluntaria del embarazo resultante de violación. Vale recordar que el embarazo resultante de violación es una de las tres situaciones las cuales hay autorización legal para la interrupción voluntaria del embarazo en Brasil, las otras dos son los casos de riesgo de muerte de la mujer embarazada y el embarazo de feto con anencefalia.

Nuestra solidaridad y agradecimientos a Flavia Andrade Nunes Fialho, Coordinadora de la Salud de las Mujeres y Danilo Campos da Luz e Silva, Coordinador de la Salud del Hombre que, junto con sus equipos técnicos, honraron sus puestos con profesionalismo, respetando la ley y las normas vigentes en el país y priorizando de manera justa y correcta la aplicación de las políticas de salud para las mujeres. Los dos han sido destituidos de  sus puestos por las Portarías 1489 y 1490, de 04 de junio, firmadas por el Ministro Interino de la Salud, General Eduardo Pazuello. Además cuatro integrantes del equipo técnico también tuvieron suspendidos sus contractos de trabajo.

Nuestra solidaridad a todas las trabajadoras y los trabajadores del Ministerio de la Salud que siguen enfrentando el desmantelo y el caos interno al órgano con el intento de asegurar una salud pública de calidad.

Véa la lista de firmas.



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