Sexuality Policy Watch [ES]

Política Sexual en tiempos de Pandemia – Retrospectiva 2021

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Primeras palabras

El último especial del 2020 del SPW propuso la hipótesis de que durante el año 2021, a causa de las vacunas, el COVID-19 dejaría de ser nuestro tema principal. Sin embargo, eso no sucedió. La pandemia siguió su curso devastador con el surgimiento de nuevas variantes más agresivas; la pérdida de vidas no se detuvo. En Brasil, desde donde escribimos, 620 mil personas murieron durante el 2021. La pandemia permaneció como tema dominante en la agenda global de debates, y, por lo tanto, continuamos recolectando y procesando informaciones que contribuyen a comprender mejor las múltiples y complejas implicancias de la crisis sanitaria, inclusive en lo que respecta a la política sexual, el cual es nuestro tema principal.

A lo largo del año la propagación del virus y sus efectos se entrelazaron con una cadena de eventos y tendencias políticas, económicas, sociales, pero también en nuestro campo de observación. Lo que marca esta dinámica son los rasgos interconectados de desdemocratización y dispersión de gobiernos autocráticos por un lado, y, por el otro, el agravamiento de los patrones de desigualdad socioeconómica por otro. Este agravamiento contrasta de manera flagrante con las proyecciones realizadas al comienzo de 2020, las cuales describían a la crisis como una posible oportunidad para abrir el espacio para el enfrentamiento y la corrección de las desigualdades del acceso a los recursos y bienestar. Esta promesa fue ilustrada por la declaración firmada por decenas de millonarios, publicada en julio de 2020 (hoy olvidada) impulsaba la adopción de impuestos a las grandes fortunas como una de las soluciones a la crisis económica fruto del COVID-19.

Desde entonces, la pandemia de hecho favoreció el enriquecimiento veloz de lxs más ricxs y la precarización agravada de las condiciones de vida de lxs más pobres, cuya vulnerabilidad, como sabemos, está atravesada por la clase, raza/etnia, género, edad, locación, capacidades. El informe anual de Oxfam del 2021, cuyo título es “La Desigualdad Mata”, muestra, entre otras cosas, que la riqueza de los 10 hombres más ricos del mundo se duplicó desde marzo de 2020, mientras que el 99% de la población perdió ingresos, acceso a la vivienda, comida y servicios (click aquí para ver el informe completo).

En el contexto pandémico, un efecto dramático de esa desigualdad amplificada es el apartheid de vacunas. Al 31 de diciembre de 2021 apenas la mitad de los países africanos había vacunado a más del 10% de sus poblaciones. En contraste, en Brasil, a pesar de nuestra brutal desigualdad y el negacionismo oficial, el 70% de la población ya fue vacunada. La aparición en noviembre de la variante súper contagiosa Ômicrom y su propagación geométrica sugieren que las condiciones desfavorables a la igualdad no van a detenerse. E, como ha sido dicho ad nauseam por virólogxs y epidemiólogxs, la disparidad en el acceso a las vacunas favorece el surgimiento de nuevas variantes. Este es el escenario que se visualiza para el 2022.

En esta retrospectiva de 2021, queda en evidencia que el año fue muy duro por no decir espantoso. Sin embargo, vimos también eventos, momentos, análisis e interpretaciones que nutren nuestras energías e impulsan nuestras imaginaciones en la dirección de un mundo más respirable y vivible.

Análisis realizados por colaboradorxs

A lo largo del año 2021 publicamos un número significativo de análisis elaborados por nuestrxs colaboradorxs que fueron producidos exclusivamente para el SPW o, en algunos casos, el SPW tuvo la exclusividad respecto a sus traducciones. A esta lista se le agregan dos nuevos textos publicados en esta edición. Agradecemos mucho la generosidad de estxs autorxs quienes amplían la pluralidad de perspectivas que usamos para examinar las políticas de género y sexualidad. También agradecemos a Julia Block  y Akahatá por la excelente traducción del boletín.

El fracaso de la Ley Zan, el movimiento neocatólico y la política del Vaticano: entrevista con Massimo Prearo

Pedro Castillo: Un bicentenario sin propuestas claras sobre derechos sexuales y reproductivos, ausentes en su primer mensaje a la nación – Ángel Pineda

Brasil: mortalidad materna en contexto de COVID-19 (2021-2021)– Sandra Valongueiro

Un Ministerio para una Familia: distocia y “familismo 2.0”- Andrea Moraes Alves

COVID y violencias basadas en el género: un análisis de los impactos de la crisis en Senegal – Codou Bop

¿Son las mujeres seres humanos? – Françoise Girard

La Suprema Corte de los Estados Unidos es una amenaza al derecho al aborto – Françoise Girard

Develando la reconfiguración de la política poblacional en China – Yping Cai

Despenalización con exclusión: la nueva ley de aborto por violación en Ecuador – Manuela Lavinas Picq

Estado de la Pandemia

En 2021 se registraron 198 millones de nuevos casos de COVID-19, de los cuales 3,5 millones se registraron como óbitos. El número podría ser aún más aterrador cuando se tiene en cuenta existe un elevado nivel de sub notificación a nivel mundial. La esperanza de que la vacunación fuese a detener la pandemia fue en vano por diversas razones. Conforme registramos en nuestros especiales durante el año pasado, nuevos brotes surgieron en todos los continentes, tanto en países que en el 2020 se habían librado del virus como en aquellos que vivenciaron escenarios epidemiológicos dramáticos.

La vacunación tuvo un impacto positivo en el enfrentamiento con la pandemia, asegurando la protección contra manifestaciones graves de la enfermedad permitiendo que la vida social y económica retornase de algún modo a su ritmo habitual. Sin embargo, el virus consiguió esquivar la inmunidad construida como lo prueba la variante Ômicrom. Como si esto no fuera suficiente, la resistencia a la vacunación incentivada por fuerzas negacionistas perjudicó la cobertura de vacunas dándole una mayor longevidad a la enfermedad. Estos factores contribuyeron a la circulación del virus como muestra el reportaje de la DW. Recomendamos también el artículo de The Lancet que trata la abismal brecha en el acceso a las vacunas como el factor que potencia las nuevas variantes.

En este escenario de vacunación, que si bien avanza enfrenta resistencias, el estado de la pandemia en el mundo continúa reiterando la lectura del COVID-19 como una sindemia, dado que la enfermedad se manifiesta de manera particular en función de los distintos escenarios económicos, políticos y sociales por donde el virus circula. Si bien el COVID-19 es global por su alcance, su impacto sufrió vastas diferencias acorde a los escenarios regionales y locales. El acceso a la vacunación, por ejemplo, siguió patrones conocidos de desigualdad Norte-Sur: así como hay países que se encuentran camino a la aplicación de la cuarta dosis, otros, especialmente en África, tienen dificultad para ampliar la cobertura de la primera como muestra el artículo del New York Times. La Revista Piauí también publicó varios análisis sobre la desigualdad en el acceso a las vacunas al interior de Brasil y la escandalosa diferencia en el acceso a la vacuna en términos globales.

Registramos también los alarmantes efectos de la vulnerabilidad diferenciada, dado que es flagrante cómo el género, la raza, y la vivienda fueron y son determinantes para las condiciones de cuidado, enfermedad y muerte. En Brasil, el estudio de la Rede de Pesquisa Solidária demostró cómo la mortalidad del COVID-19 se distribuyó a través de los diferentes sectores del mercado laboral, revelando, sobre todo, que en todos los casos ser negrx o ser mujer siempre es el factor de mayor riesgo.

En medio de estos obstáculos es fundamental visibilizar y valorar las iniciativas de la sociedad civil dedicadas a superar esas discrepancias y proponer soluciones estructurales para la desigualdad como, por ejemplo, el esfuerzo para la suspensión de las patentes de las vacunas, movilizado por la Campaña Feminista por las Vacunas.

Economía en Pandemia

La crisis fue también económica; la pandemia implicó efectos catastróficos de recesión y destrucción de cadenas productivas y sectores enteros de las economías nacionales. Estos impactos siguieron el patrón habitual de las crisis del capitalismo, alcanzando perversamente y de forma desigual a las clases trabajadoras y a los sectores menos favorecidos. El desfinanciamiento y la desregulación de los sistemas de salud y protección social que quedaron evidenciados durante el contexto resultaron en un precio altísimo en términos de letalidad y morbilidad por COVID-19.

La devastación económica causada por la pandemia fue especialmente dura con las mujeres. Las desigualdades de género fueron exacerbadas, en parte porque la pandemia amplió la responsabilidad de las mujeres en la economía del cuidado y confinó a las personas y a la vida social al ambiente doméstico. Recomendamos la lectura del artículo de La Diaria sobre la crisis en el mercado laboral para mujeres y niñas en América Latina y el Caribe. Recomendamos también el análisis del Washington Post que trata los estragos que causó la pandemia en la participación de las mujeres en el mercado laboral en términos globales. El artículo de The Lancet destacó las consecuencias de ese escenario en el medio y largo plazo. Y, en el caso de Brasil, un artículo reciente de la Folha de São Paulo analizó los impactos negativos de la pandemia sobre las trabajadoras domésticas.

El campo educativo fue otra área drásticamente afectada por la pandemia. Los datos recientes de UNICEF informan que al día de la fecha el 70% de lxs niñxs de 7 a 10 años, en los países de ingresos medios y bajo, tienen dificultades para leer y escribir por el efecto de la suspensión de las clases presenciales y la falta de acceso a medios virtuales. En Brasil, acorde al Censo Escolar de 2021 divulgado por el INEP el día 31/1/2022, hubo 650 mil matrículas dadas de baja dentro de la educación infantil, las cuales, según especialistas, no serán recuperadas con facilidad. El crecimiento masivo de la orfandad es otra tragedia que merece atención y de la cual se ha hablado muy poco. La orfandad masiva provocada por el COVID-19 está asociada a cuestiones de género y cuidado, y sus desdoblamientos sociales en términos de pobreza y acceso a la educación exigen una robusta respuesta de política social, de la cual no tenemos noticias.

Como ha sido dicho, la crisis económica brutal en un primer momento dio señales de que la pandemia podría suscitar el reconocimiento más pleno de los patrones de desigualdad y movilizar políticas para dirimirlos. Eso no sucedió y varias fuentes han mostrado el agravamiento cabal de la desigualdad, como el ya mencionado estudio de Oxfam. Pero nada indica que estos nuevos llamamientos estén siendo oídos. La Ciudad de San Pablo, por ejemplo, registró 32 mil personas en situación de calle en el 2021, una población mayor que el 80% de las ciudades brasileñas; el 71% de estas personas son pardxs o negrxs. En todo el mundo el hambre y la inseguridad alimenticia se extienden, implicando un duro retroceso del progreso global en la lucha contra el hambre. En Brasil, específicamente, como muestran reportes de la BBC y de la Folha de São Paulo, se ha registrado una verdadera devastación. Las fotos de mujeres y niñxs en fila, esperando el descarte de huesos por parte de los supermercados quedarán registradas para siempre como deplorables imágenes del año 2021 en el país.

Política: normalización de la anormalidad

En el plano político, una tendencia notable de los tiempos pandémicos, fue, como señalamos en nuestra primera Edición Especial de abril de 2020, la profusión de episodios de desdemocratización y el agravamiento de condiciones autocráticas. Desde entonces ese trazo se viene normalizando. En 2020, la política de Duterte de disparar a matar a quien violase el “lockdown” en Filipinas, todavía causaba espanto. A lo largo del 2021 ocurrieron varios golpes o dinámicas de desdemocratización que son anunciadas para rápidamente desvanecerse de las pantallas y páginas.

En Europa se registraron nuevas ofensivas en la Hungría de Viktor Orbán en contra de la sociedad civil, opositores y periodista. En Polonia, las denuncias de violación a los derechos civiles también continúan, especialmente en el campo de medidas dirigidas a debilitar los órganos de prensa. En Bielorrusia, el régimen de Lukashenko, además de proseguir con su escalada represiva, ganó repercusión global después de ordenar el desvío de un avión para aprehender a un periodista que estaba a bordo. Lukashenko también creó una crisis en las fronteras de Polonia y Lituania (miembros de la Unión Europea) al aceptar en el país el desembarque de miles de migrantes y refugiados.

En América Latina sigue en curso la pesadilla política del régimen Ortega-Murillo en Nicaragua, mientras que en el país vecino, El Salvador, el autodenominado dictador Nayib Bujele continúa atacando las instituciones y alimentando un clima favorable a la violación de los derechos humanos. En África, por su parte, se dio una seguidilla de golpes militares: en mayo en Mali, en septiembre en Guinea, y, en octubre, en Sudán, los militares tomaron el poder, interrumpiendo de manera brutal un vibrante proceso de redemocratización iniciado en el 2019. Finalmente, en la región de Tigray, en Etiopía, la guerra separatista viene dejando un rastro de destrucción, muertes, denuncias de abuso sexual y hambre.

En el mundo árabe, siguen los interminables genocidios producto de los conflictos armados en Siria y Yemen. Y, en Túnez, el presidente electo Kais Said, dio un duro golpe a los sueños democráticos de la Primavera Árabe –la cual cumplió 10 años en 2021- al otorgarse superpoderes. En Asia siguen firmes los regímenes reconocidamente autocráticos de India y Sri Lanka; al comienzo de 2022 se le agrega el caso de Kazajstán, donde al menos 225 personas murieron y 5 mil fueron presas en el contexto de las protestas por el alza en el precio del combustible.

Brasil fue también palco inequívoco de dinámicas desdemocratizantes. A lo largo del 2021, ataques sistemáticos a las instituciones y embates antidemocráticos se entrelazaron en un pacto macabro con la biopolítica de la pandemia. No sólo la política neodarwinista y negacionista de la administración de Bolsonaro está implicada en la pérdida de 620 mil vidas, sino que la propia crisis sanitaria se convirtió en un palco en donde fueron exhibidas medidas estatales arbitrarias y sucedieron “motocicleadas” inspiradas en el fascismo italiano, insultos y ofensas rutinarias a la prensa y a las instituciones y una creciente retórica golpista contra el sistema electoral. Todo eso culminó en el espectáculo golpista del 7 de septiembre. En este contexto la CPI del COVID-19 abrió un espacio no despreciable de evisceración de hechos y de la identificación de personajes involucrados en el descalabra de la respuesta federal a la pandemia, así como de los crímenes y las violaciones a los derechos humanos perpetrados desde 2020 (ver el balance hecho en octubre de 2021).

Sin embargo, es preciso no olvidar que el 2021 comenzó con la invasión al Capitolio, la sede del Congreso estadounidense. Este acontecimiento insólito reveló, de manera brutal, la escala y profundidad de la erosión democrática en Estados Unidos. El ataque, el cual habría sido impensable diez años atrás, fue objeto de análisis exhaustivos, incluyendo una detallada y cuidados reconstrucción del fatídico día por el New York Times. Aun cuando la arquitectura democrática estadounidense no fue destruida de manera definitiva, los análisis publicados en el comienzo de 2022 se preguntan si Estados Unidos estaría o no camino a una guerra civil. Un ejemplo es el artículo de David Remick, editor del New Yorker.

Señales de autoritarismo creciente se registran también en las antípodas de la polaridad geopolítica global, esto es, en China. Esta tendencia no es precisamente nueva, sin embargo, ganó tonos más fuertes durante 2021. Estos plasmados en la apoteótica conmemoración del centenario del Partido Comunista, en la veta del culto personalista en torno a la figura del presidente Xi Jinping, y, más especialmente en el control cada vez más draconiano del sistema apolítico en Hong Kong. Es preciso contabilizar también el recrudecimiento de la violencia estatal contra la minoría musulmana Uigur y las nuevas amenazas de invasión a Taiwán.

En marzo de 2022, el V-DEM Institute –que en el 2021 publicó el informe El Autocracismo se volvió viral (en inglés)- va a publicar su balance de estado de las democracias en el segundo año de la pandemia. Sabremos entonces, con medidas más precisas, si hubo o no un agravamiento de los procesos de autocratización y desdemocratización en el contexto pandémico. Antes de eso, una investigación de opinión realizado por YouGov, el cuál entrevistó a 80 mil personas en 27 países, arrojó resultados paradojales. Muestra, por un lado, que líderes populistas como Bolsonaro, Lopez Obrador y Orbán vienen perdiendo apoyo electoral por efecto de la mala gestión de la crisis pandémica, pero por otro identifica también una mayor adhesión a las políticas y liderazgos autoritarios, especialmente entre jóvenes.

En el plano geopolítico el 2021 fue también el año de la conflictiva retirada militar de Estados Unidos y del regreso del Talibán al poder en Afganistán. Este desastre ha sido interpretado en muchos frentes como una fuerte señal del declive del imperio estadounidense. También evidenció que los proyectos de democracia impuestos por la fuerza de las armas están condenados al fracaso. Nuestro abordaje sobre esta nueva tragedia política y humanitaria en el país enfatizó sus efectos catastróficos en las vidas de mujeres, niñas y minorías, y, rescatando lo que sucedió en el 2001, resaltó una vez más cuán problemático es vincular los derechos de las mujeres a los juegos imperiales. Complementando ese análisis, en enero de 2022, el Human Rights Watch publicó un detallado informe sobre las violaciones que se dieron sobra las personas LGBTTQ+ afganas desde agosto.

Procesos electorales

Otra faceta importante del escenario político global a examinar son los procesos electorales que resaltan la resiliencia de las arquitecturas democráticos, incluso cuando sus resultados son paradojales en lo que refiere a los riesgos de la erosión agravada. América Latina en especial fue palco de varias elecciones significativas.

En Argentina, donde el año había comenzado con las celebraciones por la reforma de la Ley de Aborto, las elecciones legislativas de noviembre significaron una derrota para el gobierno de Alberto Fernández, así como la avanzada en la legitimidad electoral de la extrema derecha o derecha libertaria cuyo ícono es Javier Milei.

En abril, en Ecuador, el ex banquero Guilherme Lasso, conservador que según consta tiene vínculos con el Opus Dei, ganó la elección presidencial en una elección donde la llegada a la segunda vuelta fue ávidamente disputada entre dos fuerzas de izquierda. El vencedor de esta contiendo fue el líder indígena Yaku Perez y el proceso parece haber llevado al fin del llamado Correísmo. La Revista Rosa produjo un dossier sobre el proceso; por nuestro lado compilamos artículos sobre las perspectivas e implicancias del nuevo gobierno, tan pronto asumió el mando se vio alcanzado por crisis en el sistema penitenciario y por acusaciones de malas prácticas fiscales contra el presidente, citado en el Pandora Papers.

En Perú, el sindicalista Pedro Castillo ganó la elección para la presidencia realizada en junio y, aunque fue celebrado por sectores de izquierda latinoamericanos, su llegada al poder causó mucha preocupación den el campo de los debates sobre la sexualidad, el género y el aborto a causa de sus posiciones conservadoras en relación con esos temas. Ángel Pineda escribió un artículo para el SPW sobre esas tensiones. Además de eso, desde julio de 2021, el gobierno ha experimentado olas consecutivas de inestabilidad y está bajo el ataque de un congreso hiper conservador.

En Chile, el estallido social de 2019, instauró una dinámica política excepcional que llevaría a la instalación de una Convención Constitucional, con vistas a reformar la Carta Magna heredada de la dictadura de Pinochet. Sin embargo, en las elecciones presidenciales de noviembre, el candidato de extrema derecha José Antonio Kast ganó la primera vuelta. Aun cuando el margen de votos fue pequeño, esa victoria apuntaba a una dirección radicalmente contraria al proceso social y político en curso en el país.

Después de una campaña intensa y aguerrida, Gabriel Boric fue electo presidente en la segunda vuelta, realizada en diciembre. La victoria fue por un margen significativo de votos y tiene muchos significados. El más importante es la derrota de la extrema derecha, pero es vital subrayar que Boric también representa una renovación generacional del sistema político chileno y, sobre todo, da señales de una renovación de la izquierda latinoamericana (vea nuestra compilación sobre la elección de Boric). Boric ya definió su gabinete el cual cuenta con 14 mujeres, un socialista como ministro de economía, un gay como ministro de educación y una lesbiana como ministra de deportes.

En Honduras, Xiomara Castro, esposa de Manuel Zelaya – cuyo gobierno fue interrumpido por un golpe militar en 2009-, ganó las elecciones también liderando un frente de izquierda. Esta victoria es no solo relevante en función del evento pasado, sino que también porque Honduras estuvo en años recientes bajo el dominio de un narcogobierno, cuyas artimañas y trazos autocráticos son ampliamente conocidos. Xiomara tuvo un amplio apoyo del movimiento feminista hondureño.

Finalmente, en Costa Rica la primera vuelta de las elecciones presidenciales sucedió el día 6 de febrero de 2022 en una elección muy atomizada donde los candidatos más competitivos se encontraban situados en la derecha del espectro político. Para la segunda vuelta se encuentran en carrera José María Figueres, del Partido Liberación Nacional (PLN) y un ex presidente del país, el economista Rodrigo Chaves, del recién creado Partido Social Democrático, de corte neoliberal. Según un informe de la BBC, pesan sobre Filgueres denuncias de corrupción, mientras que Chaves fue acusado de acosos sexual era funcionario del Banco Mundial. El pastor cantor Fabrício Alvarado que había llegado a la segunda vuelta a las elecciones de 2018 movilizando una fuerte pauta antigénero tuvo el 15% de los votos.

Poniendo nuevamente la mirada en Europa, en 2021 finalizó la era Merkel en Alemania. La larga vida política de la canciller terminó con una victoria relativamente débil de la social democracia que implicó negociaciones largas y complejas para la formación del nuevo gobierno. Sobre todo, la extrema derecha no tuvo buen desempeño. En los países nórdicos por primera vez en varias décadas, la Social Democracia volvió al poder. Y cuando estábamos finalizando este balance, en Portugal, contradiciendo los pronósticos de investigación, el Partido Socialista (PS) tuvo una victoria avasallante sobre el PSD, su adversario de centro-derecha. El PS va a tener mayoría absoluta en la Asamblea. Mientras tanto, el resultado de la elección significó también el ascenso de la extrema derecha como tercera fuerza en el Congreso, ¡dado que Chega! (el partido de extrema derecha), que tenía hasta ahora un único diputado, pasó a tener doce representantes en el parlamento.

En el año 2022 habrá nuevas elecciones. En América Latina, Costa Rica tendrá su segunda vuelta en breve y en marzo serán las elecciones colombianas. En Brasil, en octubre, la catástrofe política del gobierno de Bolsonaro será puesta a prueba. Hasta el momento, los sondeos muestran que Lula lidera, con amplio margen, las intenciones de voto. En Europa, las elecciones francesas se anuncian como las más difíciles en muchas décadas. En Estados Unidos el gobierno de Biden y el trumpismo se van a enfrentar en las legislativas de medio término. Es decir, un año muy movido y con nuevas incertezas en el horizonte.

Política sexual en la pandemia

Ofensivas antigénero

En la pandemia, las cruzadas antigénero no retrocedieron. Por el contrario, tal como es señalado por Clare Prevost, en los primeros momentos de la crisis sanitaria esas fuerzas tuvieron en la crisis un escenario de oportunidades. En especial, porque el recurso a las fake news y a la promoción de desinformación típica de los movimientos antigénero, confluyó con los delirios conspirativos de los movimientos antivacuna, que ya estaban en acción desde el 2020 y que ganaron fuerza en 2021.

En Brasil, la sobreposición de pánicos hacia las vacunas, morales, sexuales y anticomunistas insuflaron más combustible en la máquina de producción de desinformación. Señalamos la vinculación de los inmunizantes al uso, como insumo, de fetos abortados, y dimos a conocer la hipótesis conspirativa de que la Coronavac, producida por el Instituto Butantan en alianza con China, se destinaba a insertar un chip para esterilizar a los hombres brasileños. Tal como bien analizó Isabela Kalil en el debate en el Canal del Medio, esa ola de pánico anticomunista está, directa o indirectamente asociada en el imaginario de la “ideología de género”. La Agencia Pública, por su lado, identificó la confluencia entre médicos contrarios al derecho al aborto que también se dedicaron a promover tratamientos ineficaces contra el Covid-19. Algunos de estos médicos estaban instalados en el Ministerio de Salud, como el llamado “Capitán Cloroquina”, y también con vinculaciones con el Consejo Federal de Medicina.

Por otro lado, en Colombia, las protestas antivacuna se apropiaron del vocabulario de las luchas feministas, blandiendo posters en los que se leía “mi cuerpo, mi decisión”. Las fuerzas antivacunas llevaron multitudes a las calles tanto en Europa como en Estados Unidos y en Canadá. Para comprender la escala y el significado de estas movilizaciones precisamos análisis de mayor amplitud y de más largo alcance en el tiempo. Recomendamos como un buen punto de partida el artículo de Richard Parker sobre la producción de ignorancia en la pandemia.

Por lo tanto, la pandemia la ofreció nuevos ambientes de agitación a las fuerzas antigénero. Pero también notamos que a partir de mediados de 2021 esas ofensivas comenzaron a deslocalizarse de la dinámica epidemiológica para retornar a su hábitat más directamente ligado a la política de género y de sexualidad. Ese retorno fue marcado decididamente por una intensa conectividad transnacional. Por ejemplo, en setiembre, el papa Francisco visitó Hungría y Eslovaquia. En esa gira, el papa repitió sus conocidas recomendaciones sobre la “inclusión pastoral de los homosexuales” aprovechando, sin embargo, para reactivar el ataque al “género”. En conversación con jesuitas en Eslovaquia, Francisco dijo que el género es un concepto abstracto que “ejerce una fascinación diabólica porque no se encarna”. Todo indica que esa declaración estaba dirigida hacia el debate parlamentar que estaba en curso en Italia sobre la ley Zan de crímenes de odio y contra la discriminación, debate que fue paralizado un mes más tarde. En una entrevista exclusiva, el experto en ciencias políticas Massimo Prearo analizó el debate parlamentar italiano a la luz de lo que él llama el movimiento neocatólico, destacando también el papel y el lugar del Vaticano en ese proceso.

Hungría fue el epicentro importante de una de esas conexiones trasnacionales. Poco después de la visita papal, Budapest fue la sede de la IV Cumbre Demográfica, promovida por el gobierno húngaro desde el año 2018, para discutir la caída de la fecundidad en Europa y el “problema de la migración”. Y Marine Le Pen también estuvo en Budapest para discutir con el primer ministro Orbán las “imposiciones” de la Unión Europea que, según ellos, infringen la “identidad constitucional de sus países”. También es preciso destacar que, poco antes de la Cumbre del G-20, el presidente ruso Vladimir Putin dio un largo discurso sobre las condiciones geopolíticas y la economía global, en el Club de Discusión Valdai; varios de los párrafos de ese discurso fueron dedicados al “problema del género”.

El movimiento fue también intenso en América Latina donde representantes de VOX – el partido español- visitaron la región para recoger adhesiones a la Carta Madrid, en una embestida que fue llamativa debido al plan de la plataforma ibero-americana de extrema derecha que se va materializando en la región. Cuando estábamos cerrando este balance una nota del diario español El Diario brindó la cobertura de una reunión reciente de las derechas europeas en Madrid, en la cual VOX se posición como articulador potencial entre las fuerzas europeas con sus pares en el continente americano.

Y en América Latina, Brasil fue otro polo de hiperactividad. Al final de setiembre, Bolsonaro, que en julio había recibido a una líder de la AfD, conversó (fuera de la agenda oficial) con dos activistas antivacunas alemanes. Antes de eso, en el marco de la preparación de las marchas del 7 de setiembre, el club ultraconservador estadounidense CPAC se volvió a reunir en el país, con ataques al feminismo, al aborto y a la identidad de género. En el mismo período se registró el apoyo del diputado bolsonarista Luiz Felipe de Orleans a la construcción de la plataforma digital de Steve Bannon.

Sobre todo, cabe mencionar que una diplomacia paralela a Itamaraty viene desarrollándose desde principios de 2021, cuando el ministro Ernesto Araújo dejó el cargo y la agenda del campo internacional ultraconservador fue transferida al Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos. Esta dinámica es liderada principalmente por Angela Gandra, Secretaria Nacional de la Familia, y en algunos casos cuenta también con la participación de la Ministra Damares Alves. En el especial de octubre realizamos un balance de las movilizaciones de Gandra y Damares ocurridas desde julio. Al comienzo de 2022 hay señales de que esa estrategia diplomática estaría llegando a América Latina. Durante el mes de enero, Angela Gandra estuvo en Colombia para una actividad de la red híper conservadora estadounidense Alliance Defending Freedom (ADF) y, luego de eso, estuvo con José Antonio Kast en Santiago de Chile. También visitó la embajada de Ecuador en Brasilia y anunció su participación en el Congreso Iberoamericano por la Vida y por la Familia que acontecerá en Guatemala.

A esto le siguió la vergonzosa participación de Bolsonaro (en portugués) en la reunión del G20 en Roma, cuando el ministro de Asuntos Exteriores brasileño anunció que Bolsonaro haría una visita oficial a Rusia. Justo antes de cerrar esta edición, en medio de las tensiones diplomáticas derivadas de la amenaza rusa de invadir Ucrania, Bolsonaro viajó a Rusia y a Hungría. El informe más completo sobre estas diligencias se publicará en la próxima edición.

Muchos campos de batalla

Al día de la fecha no escasean noticias de retrocesos relacionados a esos movimientos. El gobierno de Orbán prohibió contenidos LGBTTQ+ en las escuelas y publicidades; en Polonia están siendo integradas pautas ultra católicas a las políticas educacionales. Esas noticias llamaron la atención porque ambos países son puntos nodales del eje de los movimientos antigénero que se traducen en políticas de Estado – divulgamos el reporte “Tip of the Iceberg” detallando los flujos de financiamiento de esa rede en Europa y registramos que la política de definir “zonas anti LGBTTQ+”, adoptada por regiones de Polonia, quedó cancelada después de que la Unión Europea amenazó con cortar el financiamiento.

El gobierno de Bolsonaro dio una significativa contribución al escenario de las cruzadas antigénero. Logró nombrar a André Mendonça, un pastor presbiteriano fundamentalista antigénero y antiaborto al Supremo Tribunal Federal (lea la compilación) y creó un instrumento macabro para el arsenal de las políticas estatales destinadas a criminalizar el “género”: recientemente, el MMFDH alteró la arquitectura de las hotlines a través de las cuales se realizan denuncias de violación a los derechos humanos. En el nuevo manual para orientar el registro de las denuncias, los términos “género”, “homofobia” y “transfobia” fueron abolidos. Más grave aún, se definió “ideología de género” como motivación de “violencia institucional” contra niñxs y adolescentes. En noviembre de 2021 una profesora y un profesor fueron objeto de denuncia policial por haber sido denunciadxs como propagadorxs de “ideología de género” y “comunismo”. La investigación periodística reveló que al menos en uno de los dos casos la policía fue activada por el MMFDH después de una denuncia recibida por Marque 200. O sea, como analiza la nota publicada por el SPW, lo que era un instrumento para la denuncia de derechos humanos fue convertido en un mecanismo de vigilancia, arbitrio y vigilancia policial político-ideológico.

Es preciso decir que, desde el 2020, el lenguaje inclusivo del género se volvió el nuevo blanco de esas cruzadas. En 2021, Francia, España y Alemania estuvieron en el centro de esa trinchera gramatical. El caso francés tuvo repercusión especial después de que el tradicional diccionario Le Robert incluyó el pronombre neutro “iel” en sus registros, explicando que “si bien el uso de ese pronombre es aun relativamente pequeño (…), él está en fuerte alza en los últimos meses”. La ola también está instalada en Brasil, donde decenas de proyectos de ley fueron presentados, así como se adoptaron varios decretos ejecutivos que prohíben el uso del vocabulario inclusivo para eliminar el neutro genérico del masculino y designar a personas no binarias.

No menos importante, en 2021, el panorama de las políticas antigénero fue también marcada por la expansión y mayor visibilidad de los feminismos radicales, o antigénero, especialmente en España e Inglaterra. Uno de los casos más emblemáticos fue la entrevista a le filósofe Judith Butler con The Guardian, cuya repercusión fue trepidante después que el diario fue acusado de editar partes de la misma. Poco tiempo después, el diario publicó un artículo de le filósofe –traducido al portugués por Sara Wagner y revisado por el SPW- en el cuál elle retoma y amplía su análisis sobre las intersecciones entre los feminismos trans-excluyentes y las fuerzas de extrema derecha e inspiración fascista.

Finalmente, un hecho no trivial del escenario antigénero nacional brasileño y mundial fue la muerte de Olavo de Carvalho, ideólogo tradicionalista, conocido como el gurú de la familia de Bolsonaro y amigo de Steve Bannon. Carnalho encarnó, desde los 1990, como ninguna otra figura el personaje de líder intelectual brasileño del llamado giro Gramsciano que, en gran medida, explica la ascensión de las fuerzas de derecha en el mundo y en Brasil. La revista Piauí realizó un reportaje sobre la herencia dejada por Olavo de Carvalho y las pistas sobre el financiamiento de su actuación; el cuaderno Illustríssima de la Folha de São Paulo publicó un excepcional análisis de Camila Rocha sobre su trayectoria intelectual y política.

Derechos LGBTTQ+ amenazados

Los ataques a los derechos LGBTTQ+ fueron noticia en el continente africano. Los episodios de persecución y violencia contra individuos, así como retrocesos jurídicos legales, ganaron visibilidad en Botsuana, Ghana, Senegal, Camerún y Kenia (vea más aquí). De igual forma, en Europa del Este se vieron reveses, destacando particularmente Lituania y Georgia. En Asia, el gobierno chino excluyó contenido LGBTTQ+ de las plataformas digitales y se registró una ofensiva contra los “hombres afeminados” claramente motivada por una ideología nacionalista y masculinista.

En América Latina es importante resaltar y repudiar el proyecto de ley que diputadxs de Guatemala presentaron en el Congreso, el cual se vale de lenguaje patologizante para restringir los derechos de las personas trans e impedir el acceso a la educación, información y salud.

En Europa se dieron los ya mencionados ataques a los derechos LGBTTQ+ en Hungría, y la detención en el parlamento italiano de la ley contra crímenes de odio y discriminación. También hay que mencionar las “zonas libres de personas LGBT” en Polonia, las cuales suscitaron repudio y medidas por la Unión Europea.

Y, en Estados Unidos, las ofensivas han sido también brutales, dado que decenas de decretos, leyes y proyectos de ley que restringen los derechos LGBTTQ+ han sido presentados y adoptados. La Human Rights Campaign publicó una nota sobre una ola de ataques sin precedentes en contra de los derechos trans en los espacios legislativos de los estados. En octubre, Texas se unió a otros siete Estados en la prohibición de la participación de mujeres trans en deportes femeninos. Además de eso, las ofensivas contra la educación sexual vienen tomando nuevos contornos. Según un artículo del New Yorker, la campaña victoriosa del republicano Glenn Youngkin en Virginia, tuvo como blanco las reservas respecto a la vuelta a las aulas pos-pandemia, la “intrusión de la teoría crítica de raza en los currículos” y respecto a las normas asociadas con las identidades de género fluidas en las escuelas públicas. Iniciativas semejantes están siendo propuestas en Florida.

Violencia de género

Dos casos hicieron eco mundialmente. La renuncia del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, después de la denuncia e investigación sobre acoso sexual a mujeres de su equipo, y la acusación de violencia sexual de la tenista china Peng Shuai contra el ex vicepresidente de China. Después de exponer el caso, la deportista fue desaparecido por tres semanas, y, cuando reapareció en público, renegó sobre lo que había dicho. Más noticias sobre movilizaciones, desafíos y debates alrededor del mundo en torno al enfrentamiento con la violencia de género pueden ser encontradas aquí. En enero de 2022 las mujeres uruguayas convocadas por los feminismos realizaron amplias movilizaciones en todo el país en protesta contra la violencia sexual. Las marchas fueron motivadas por un caso brutal de estupro colectivo que llamó la atención en el país.

Resistencias y buenas noticias

Hay también buenas noticias.

En la ONU, fueron presentados en junio y octubre los informes El Derecho a la Inclusión y Prácticas de la Exclusión elaborados por el Experto Independiente Victor Madrigal-Borloz, que analizan y responden al punto de vista de la normativa internacional y las ofensivas antigénero. También cabe mencionar que 53 Estados solicitaron que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU adopte medidas de protección a los derechos humanos de las personas intersex.

La nueva ley española de identidad de género, aprobada en junio después de un largo y polarizado debate, es una de ellas. También conmemoramos el decreto promulgado por el Poder Ejecutivo en Argentina que complementa la Ley de Identidad de Género de 2012, autorizando el registro de personas no binariasrs (agregando la opción en el Documento Nacional de Identidad). En Brasil, el estado de Río de Janeiro pasó a incluir el género no binario en certificados de nacimiento.

En el ámbito de las decisiones jurídicas de alto nivel, un número importante de fallos positivos acontecieron en América Latina, los cuales derivan sustancialmente de la Opinión Consultiva 24 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de 2017. La primera de esas decisiones fue la condena de Honduras por el asesinato de la mujer trans Vicky Hernandes, en el contexto del golpe de Estado en 2009, por la corte interamericana. Una segunda decisión del mismo tenor fue emitida por la Sala III de la Corte Constitucional de Costa Rica que reconoció que la vulnerabilidad y la violencia contra las mujeres también se aplica a las personas con género asignado. En  Panamá, la Corte Suprema de Justicia, juzgó inconstitucional la regla de restricción de movilidad basada en sexo/género adoptada en 2020, la cual había sido analizada en un artículo de Sonia Corrêa, publicado en 2020.

Finalmente quando estábamos cerrando ese informativo, la Corte Constitucional de Colombia y la Suprema Corte de Justicia de México han emitido decisiones muy significativas en lo que concierne el derecho a la identidad de género. En el primer caso, la decisión exhortó al Gobierno y a la Registraduría Nacional del Estado Civil que pongan en marcha un esquema de identificación que incluya la categoría “no binario” en los marcadores de sexo. En México, la Corte renoció el derecho la identidad trans en la niñes. En un postaje de Twitter, el ministro Zaldivar, que preside la Corte, escribió: “No hay nada que curar: la identidad de género de las niñas, niños y adolescentes trans está protegida por la Constitución”.

En el campo de la llamada “cura de homosexuales” hay también tres noticias muy positivas: la Suprema Corte de Madras (India) prohibió la práctica en junio, en Canadá el Parlamento aprobó en diciembre una ley prohibiendo las llamadas “terapias de conversión”, y, en Francia, el Parlamento aprobó una ley prohibiendo la práctica. El casamiento entre personas del mismo sexo también avanzó en el 2021. Suiza y los estados mexicanos de Sonora y Querétaro aprobaron leyes de matrimonio igualitario. También relevante fue el avance en Cuba luego del proyecto del nuevo código familiar que amplía la definición de casamiento.

Los Juegos Olímpicos de Tokio, a pesar de las limitaciones impuestas debido al COVID-19, también trajeron nuevas noticias. La profusión de demostraciones de diversidad sexual y religiosa, y la participación de atletas trans y no binarixs fueron destaques. Recomendamos en esta ocasión el reportaje de la Folha de São Paulo sobre la apelación de los juegos a “cuestiones universales” y el excelente reportaje de Gênero e Número sobre la participación LGBTTQ+.

Derecho al aborto

Pese a los avances, el panorama del derecho al aborto fue marcado por noticias preocupantes procedentes de las dos mayores potencias globales. En Estados Unidos, el fantasma de la eliminación de Roe vs Wade se volvió más factible con una nueva mayoría conservadora en la Corte Suprema y debido a la proliferación de proyectos restrictivos en los espacios legislativos de los estados. El horizonte de la batalla por el derecho al aborto se volvió aún más desfavorable luego de la puesta en vigencia de la ley draconiana de Texas, que terminó siendo objeto de suspensión y reactivación en el circuito de la Justicia Federal – realizamos una extensa compilación sobre el caso y sugerimos particularmente el análisis de Françoise Girard sobre el escenario estadounidense. Como la autora demuestra mediante el análisis de la Corte Suprema de la Ley de Misisipi –que podría ser aún más restrictiva-, la amenaza al derecho al aborto es real en el país. A mediados de enero, la Corte Suprema mantuvo la ley de Texas en vigor. Más aun, es precioso mencionar que, lamentablemente, el modelo texano de restricción extrema de las posibilidades de aborto fue seguido por Ohio y Florida, donde los proyectos draconianos se encuentran en curso en los respectivos espacios legislativos estatales.

En China, el gobierno anunció en septiembre que en el plano de las políticas dirigidas a las mujeres y niñxs prevé que, a lo largo de la próxima década, el acceso al aborto estará restringido a casos con indicación médica. La modificación de la política está directamente asociada al proceso de envejecimiento demográfico y la reducción de la natalidad que, ya por el 2014, había llevado a la flexibilización de la política de unx únicx hijx. Cay Yping, en un artículo exclusivo para el SPW, desvela con maestría la reconfiguración de las políticas poblacionales del país. Lea también nuestra compilación con noticias y análisis sobre la nueva política china.

En América Latina también hay muchas malas noticias. En Brasil, el 100% de los proyectos presentados en la Cámara de Diputados, como muestra Gênero e Nùmero, son regresivos. Y el escenario político del Congreso, acorde a la Agência Pública, es muy desfavorable a esa agenda. Además de eso, la ciudad de Fortaleza creó la “Semana Pela Vida” que tiene como en mira el derecho al aborto y los anticonceptivos, y el primer servicio de aborto por telemedicina fue blanco de ataques de sectores conservadores.

En Uruguay, varias formas de resistencia al derecho al aborto ganaron espacio con la elección de un gobierno conservador en 2019. El hecho más reciente fue la denuncia de que una médica que ocupa un puesto de coordinación en la ASSE, la red de servicios más importante del país, había intentado persuadir a una mujer a no abortar. En respuesta, las feministas se movilizaron en defensa de la ley de 2012. En El Salvador, el presidente Bukele descartó la legalización del aborto terapéutico en el proyecto de reforma constitucional.

Lamentablemente, como es rutina en el Universo de la criminalización del aborto, el destino trágico de una mujer ganó titulares: una polaca de 37 años murió después de un procedimiento atrasada con base en la ley draconiana del país, la cual entró en vigor en enero de 2021 y ya es responsable de la muerte de otra gestante en noviembre.

Buenas noticias

Hay también razones para celebrar en las difíciles trincheras del derecho al aborto. Celebramos, por ejemplo, el primer aniversario de la ley de aborto argentina, que legalizó el procedimiento. Página 12 y La Malafe documentan lo que siguió después de la ley. En Honduras, la reforma constitucional de enero que definió una prohibición futura de legalizar el aborto enero una expresiva respuesta feminista y, seis meses más tarde, fue presentada a la Corte Constitucional una demanda de descriminalización del aborto.

En México los avances fueron aún más significativos, dado que la Suprema Corte de Justicia, en septiembre de 2021,  descriminalizó, de facto, el procedimiento al considerar inconstitucional una ley estatal que penaliza el aborto. Le siguió una directriz de la Procuraduría Federal orientando a las justicias locales a revertir con la mayor velocidad posible las condenas de mujeres que están presas o detenidas. Y, en seguida, la Corte también emitió una decisión que restringe el alcance al derecho a la objeción de conciencia. El significado de todas estas decisiones fue analizado por el Juez Zaldivar  en un artículo para el Washington Post. México, los estados de Vera Cruz e Hidalgo también descriminalizaron la práctica. Además de eso, la prensa estadounidense publicó materiales sobre feministas mexicanas que están facilitando el acceso de mujeres que viven en Texas a los servicios de aborto en su país.

En Ecuador, en abril, la Corte Constitucional  también descriminalizó el procedimiento para mujeres embarazadas por estupro recomendando al Congreso la elaboración de legislación para asegurar la implementación de la decisión.  Propuestas has sin presentadas y en Febrero de 2022 una ley fue aprobada la cual podrá ser vetada por el presidente. Además, como bien analisa Manuela Picq,  la ley tiene muchas limitaciones y su votación revela mucho sobre las contradiciones entre gênero, ideologia y apoyo al derecho al aborto.

Finalmente, en febrero de 2022, la Corte Constitucional Colombiana juzgó la demanda de Causa Justa de que el crimén de  aborto fuera retirado del código penal. La final decisión no respondió a esa demanda. Mantuvo las causales definidas por la decisión anterior sobre la matéria de 2006 (violación, riesgo de vida y de salud y mal formación fetal incompatible con la vida) y añadió el derecho a la interrupción del embarazo por decision de las mujeres y personas gestantes hasta la 24ª semana del embarazo. Ofrecemos una recopilación de notícias y análises de ese nuevo paso.

En le plan judicial regional,  la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó a El Salvador por violar los derechos de una joven condenada a 30 años de prisión después de una emergencia obstétrica. También Chile se vio alentado con el avance de un proyecto de legalización en la Cámara en septiembre.

Luto

El año 2021 registró pérdidas irreparables y duras para el activismo y el pensamiento en el campo del género y la diversidad; la Socióloga argentina Susana Checa, la filósofa brasileña Fran Demétrio, el filósofo Roberto Machado, el psicoanalista Contardo Calligaris, el filósofo José Arthur Gianotti (haga click aquí para más detalles sobre la biografía de cada unx) y, en diciembre, la teórica feminista bell hooks (lea más sobre su legado en el artículo de Silvia Pimentel y Alice Bianchini).

Dos partidas muy dolorosas que sucedieron entre fines de 2021 e inicio de este año fue el de la cantante Elza Soares, ícono del feminismo y un dínamo de la resistencia negra, y el arzobispo de la Iglesia Anglicana Desmond Tutu, figura importante en el enfrentamiento a al apartheid en Sudáfrica y en la promoción de los derechos LGBTTQ+.

Todos los especiales

Para acceder a todos los especiales de 2021, haga click abajo.

Política Sexual en Tiempos de Pandemia: Enero – Julio 2021

Política Sexual en Tiempos de Pandemia: Agosto – Octubre 2021

Recomendamos

Nuestra lista de artículos académicos y de prensa, publicaciones y recursos multimedia es inmensa, motivo por el cual linkeamos aquí y aquí las secciones de cada uno de los dos especiales producidos durante 2021. No obstante, ofrecemos  abajo enlaces para aquellos que consideramos fundamentales e inescapables en la descripción y análisis de la escena del panorama de la política sexual en 2021.

Interseccionalidad de derecha e ideología de género en América Latina – Analecta Política

“A la ultraderecha el odio le sale muy bien, y competir en ese terreno parece inconveniente” – La Diaria

El fascismo también fue latinoamericano – El País

La afasia de la izquierda brasileña y el terror de Estado en Nicaragua – Sonia Corrêa, Monica Herz, Lena Lavinas y Humberto Meza

Las mentiras sexistas de la ciencia – El País

La silenciosa red de terapias de conversión – Amor al Caos

Recursos y Multimedia

Biblioteca de recursos Derechos en Riesgo – AWID

Direito ao Aborto na Argentina: Refazendo Percursos – Dia 2Aumenta la mortalidad materna: el impacto silencioso de la Covid-19 en América Latina – Clacai

El Derecho al aborto en Argentina – Reconstruyendo Recorridos – Día 1 “Perspectivas de los activismos Feminista y Trans”

Del Derecho al Aborto en Argentina – Día 2 – Otras Miradas

Conversaciones del GEFGS. 1. Sonia Corrêa

Arte y Sexualidad

Los Juegos Olímpicos de Tokio nos inspiran a revisitar una breve nota, Arte, Riesgo, Deconstrucción sobre el teatro físico de Elizabeth Streb.

Paula Rego, la pintora portuguesa de “los pasteles del aborto” también fue un destaque, con la retrospectiva del Modern Tate Museum trayendo obras inéditas.

El arte mutante de Castiel Vitorino Brasileiro conquista espacio en instituciones como la Pinacoteca, el MAM y el IMS.



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