Sexuality Policy Watch [ES]

Manifiesto¡La Transexualidad no es Enfermedad!

MANIFIESTO
¡LA TRANSEXUALIDAD NO ES ENFERMEDAD!
¡POR LA RETIRADA DE LA TRANSEXUALIDAD DEL DSM Y DELCID!

Nosotros/as, participantes del Diálogo Latinoamericano sobre Sexualidad y Geopolítica, en reunión efectuada entre los días 24 y 26 de agosto 2009, en Rio de Janeiro (Brasil), nos sumamos a la campaña internacional Stop TransPathologization 2012 y promovemos el siguiente manifiesto:

La Asociación Psiquiátrica Norteamericana (APA) publicará en 2012 la quinta versión del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM por sus siglas en inglés). En ese documento, la transexualidad es tipificada como un “trastorno de identidad de género”. El Código Internacional de Enfermedades (CIE), a su vez, avala acríticamente el sistema de nomenclatura psiquiátrico estadounidense.

La patologización de la intersexualidad y de la transexualidad está basada en el supuesto de que los géneros son determinados por el dimorfismo de los cuerpos. La ausencia de pene y un orificio vaginal serían condiciones necesarias para determinar la identidad de género femenino y la coherencia del género masculino estaría dada por la presencia del pene. Este determinismo, apoyado en el saber/poder médico como instancia hegemónica de producción de discursos sobre sexo y género, fundamenta políticas estatales de salud pública y derechos, estipulando el acceso de las personas a la categoría de lo humano. Tal noción de humanidad, mediada por el arbitrio médico, violenta el derecho a la identidad y al reconocimiento social de la diversidad.

La práctica de promover supuestos “géneros saludables”, sea mediante el uso del bisturí, de la administración de hormonas, o a través de tratamientos psiquiátricos y psicológicos, es moneda corriente en aquellos países en donde el establishment médico es particularmente poderoso en términos económicos. No obstante, la validez científica de las premisas médicas en las que tales procedimientos están basadas ha sido fuertemente cuestionada. El grado de arbitrariedad de ese conocimiento queda evidenciado en los profundos cambios conceptuales que el propio sistema de nomenclatura psiquiátrica ha sufrido junto con cada nueva edición del DSM, particularmente en lo que hace a los “desordenes sexuales y de identidad de género”.

Los abusos de los derechos humanos de las personas intersex

La subordinación de las identidades de género a los dictados de la ciencia médica no cesa de producir daños irreversibles a sujetos cuya autonomía es violada al ser tratados tempranamente, debido a una ansiedad normalizadora cuya legitimidad debe ser cuestionada. Todos los días, niños y niñas que nacen con genitalia de “apariencia atípica” – según los dictados de la medicina – son sometidos a procedimientos quirúrgicos que pretenden ”corregir” su apariencia bajo el supuesto de que una genitalia “más normal” promovería y sostendría la formación de una identidad de género “más saludable”.

Este supuesto médico ha quedado claramente invalidado. En respuesta a tales prácticas quirúrgicas, ciudadanas/os de muchos países se han organizado para denunciar los abusos de derechos humanos a los cuales fueron sometidas y para exigir el fin de las cirugías realizadas sin su consentimiento. Esta práctica médica incide directamente en cuestiones de derechos humanos, en particular las de los derechos de los niños/as. Los Estados Unidos se han negado a firmar tratados internacionales avalados por la Organización de las Naciones Unidas y por otros países, como por ejemplo Somalia, precisamente por negarse a redefinir conceptos legales básicos como el parens patriae, posición que ha sido seguida por Somalia, en lo referente al derecho de los niños/as en asuntos de autonomía y dignidad humana.

Los abusos de los derechos humanos de las personas transexuales

El diagnóstico de transexualidad como un trastorno es otro legado de la naturalización de las identidades. Defendemos que existen muchas expresiones de género, una multiplicidad de femeninos y masculinos. ¿Cuáles son los indicadores para definir los/as “normales de género”? ¿Quiénes son los/as “enfermos/as del género”? El DSM y el CIE actúan como reproductores oficiales de la violencia, legitimados como sistemas de nomenclatura médica, pero carentes de validez científica. Son documentos que orientan a los Estados y a sus operadores (médicos/as, psicólogos/as, psiquiatras, jueces, trabajadoras/es sociales, docentes) en la determinación de quién puede acceder a la ciudadanía y quien estará suprimido de ella.

Aquellos/as que viven la experiencia de género en los marcos de la transexualidad, para acceder al proceso transexualizador completo, incluyendo las cirugías de transgenitalización, deben cumplir protocolos que les quitan su autonomía y las/los expone a situaciones humillantes. El proceso y las reglas a que se deben someter deriva del supuesto de que son personas sin capacidad para decidir, de que aquello que es clasificado como “su enfermedad” les quita la posibilidad de autodeterminación. La transexualidad – tal como se expresa y es vivida por personas transexuales y travestís – no es una enfermedad. Es una experiencia identitária que le da al género su carácter plural, además de posibilitar a todas las personas el reconocimiento de su individualidad.

La despatologización de la transexualidad no significa estar de acuerdo con que el Estado sea excluido de la financiación integral de todo el proceso transexualizador. Despatologizada la transexualidad, es deber del Estado asegurar los medios prácticos para garantizar la asistencia a la salud de esta población. Defendemos el acceso universal e igualitario al máximo estándar salud y bienestar. Ese es un derecho inalienable de todo/a ciudadano/a. Se estableció una falsa polémica, centrada en la tesis de que si la transexualidad fuera retirada del DSM y del CIE, los Estados podrían tener argumentos para no financiar el proceso transexualizador. Si hay personas que desean hacer la cirugía de transgenitalización porque de ese modo por su propia voluntad adecuarían su cuerpo a su identidad de género, es deber del Estado garantizarlas.

La ingerencia  del modelo médico en la sexualidad humana ha creado inconsistencias teóricas y prácticas deshumanizantes. Así como la historia ha demostrado que la medicina no logró contener la expresión de la  homosexualidad bajo el modelo salud-enfermedad, en tanto esta es y seguirá siendo una expresión de diversidad de la sexualidad humana, las/os participantes del Dialogo Latinoamericano sobre Sexualidad y Geopolítica  exigimos que la APA se retracte de su posición no científica y antiética sobre la transexualidad. La misma ha creado innecesariamente un escenario médico-legal que no es consistente con la ciudadanía plena de todas las personas, independientemente de su sexualidad e identidad de género.

Mantener el diagnóstico de “trastorno de género” o “disforia de género” es un modo de continuar alimentando la máquina productora de exclusión. Le corresponde ahora al Estado enmendar las violaciones de Derechos Humanos cometidas por el establishment médico. La asistencia del Estado debe ser completa, incluso en lo referido al cambio de nombre en los documentos de identidad legal, sin condicionarlo a la realización de cirugías u otros procedimientos médicos o peritajes psicológicos, tanto en casos de intersexualidad como de transexualidad.

Defendemos:

1    La inmediata retirada de la transexualidad los manuales internacionales de diagnóstico.

2    La plena financiación del Estado al proceso transexualizador para las personas así lo decidan autónomamente.

3    El fin inmediato de las cirugías genitales a niños y niñas intersex y que se establezcan protocolos médico-legales internacionales que protejan sus derechos.

Firman:

1.    Adriana Vianna (UFRJ, Brasil)
2.    Ana Paula da Silva (USP, Brasil)
3.    Anibal Guimarães (ENSP/Fiocruz, Brasil)
4.    Corina Rodriguez Enriquez (CIEPP, Argentina)
5.    Elias Vergara Mayer (IEAB, Brasil)
6.    Fabíola Cordeiro (CLAM/UERJ, Brasil)
7.    Franklin Gil Hernandez (Universidad Nacional de Colômbia)
8.    Gabriel Gallego Montes (Universidad de Caldas, Colombia)
9.    Gloria Careaga (UNAM, México)
10.    Jandira Queiroz (SPW/ABIA, Brasil)
11.    Jane Russo (IMS/UERJ, Brasil)
12.    Jaris Mujica (Pontifícia Universidad Católica del Peru)
13.    Juan Carlos Raxach (ABIA, Brasil)
14.    Lohana Berkins (ALITT/Cooperativa de Trabajo Nadia Echazú, Argentina)
15.    Lucy Esquivel (RedTraSex, Paraguai)
16.    Mara Viveros
17.    Marcela Romero (RedLacTrans, Argentina)
18.    Maria Elvira Benitez Dias (CLAM/UERJ, Brasil)
19.    Maria José Rosado-Nunes (CDD, Brasil)
20.    Maria Luisa Heilborn (CLAM/UERJ, Brasil)
21.    Maria Mercedes Gómez (St. Mary’s University, Canadá)
22.    Marina Maria (SPW/ABIA, Brasil)
23.    Mario Pecheny (Argentina)
24.    Oscar Ugarteche (UNAM, México)
25.    Prof. Dr. Fermin Roland Schramm (ENSP/Fiocruz, Brasil)
26.    Profª Dra. Heloísa Helena Gomes Barboza (Faculdade de Direito/UERJ, Brasil)
27.    Profa. Dra. Berenice Bento (Universidade Federal do Rio Grande do Norte, Brasil)
28.    Rafael de la Dehesa (City University of New York, EEUU)
29.    Regina Facchini (PAGU/Unicamp, Brasil)
30.    Rogério Diniz Junqueira (INEP/MEC, Brasil)
31.    Rosa M. Posa Guinea (IGLHR, Paraguai)
32.    Rulian Emmerick (UFRJ, Brasil)
33.    Sonia Corrêa (SPW/ABIA, Brasil)
34.    Tamara Adrian (Adrian & Adrian Abogados, Venezuela)
35.    Thaddeus Blanchette (UFRJ, Brasil)
36.    Vagner de Almeida (SPW/Columbia Universtity Secretariat, Brasil/EEUU)
37.    Veriano Terto (ABIA, Brasil)



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