Ley de identidad de género en Argentina
Por Mauro Cabral*
Ayer, 24 de abril 2012, las comisiones senatoriales de Legislación General y Población y Desarrollo firmaron en Buenos Aires el dictamen que permite el tratamiento de la ley de identidad de género en el Senado argentino. La ley cuenta ya con media sanción, obtenida por una abrumadora mayoría en la Cámara de Diputados –el 30 de noviembre del 2011, 167 diputad*s votaron a favor, solo 17 votaron en contra, y 7 se abstuvieron. El tratamiento de la ley en el Senado esta previsto para el 9 de mayo del 2012.
La ley de identidad de género que tratarán l*s senador*s argentin*s es única en el mundo. Concede el reconocimiento legal de la identidad de género a quienes así lo soliciten, a través de un trámite administrativo, sin demandar procesos diagnósticos, ni exigir requisitos corporales, tales como tratamientos hormonales o procedimientos quirúrgicos. Respeta a ultranza los derechos sexuales y reproductivos, sin demandar a l*s solicitantes pruebas de esterilidad, ni orientaciones sexuales o expresiones de género determinadas. Tampoco exige la disolución de matrimonios anteriores, ni afecta derechos materpaternales. La ley avanza aún más: asegura el derecho a acceder a modificaciones corporales relacionadas con la identidad de género – tales como cirugías y hormonas – considerando como requisito fundamental el consentimiento informado de quienes soliciten tales modificaciones. En este sentido, se trata de una ley que, al mismo tiempo, des-judicializa y des-patologiza el reconocimiento integral de la identidad de género.
De aprobarse, Argentina contará con una ley de identidad de género que se aproxima al máximo posible a los Principios de Yogyakarta – los cuales sirven como fundamento a la ley. Así, esta ley servirá como ejemplo de la posibilidad real y concreta de realizar, en este mundo y en este tiempo, el mundo contenido en los Principios. La aprobación del texto actual constituirá además un aporte importante al trabajo del movimiento trans* en pos de la derogación de leyes de identidad de género que, aun hoy, exigen el cumplimiento de requisitos incompatibles con los derechos humanos (en particular, la esterilización, vigente en la mayor parte de los países europeos). La ley de identidad de género argentina aprobada en Diputados y, ojalá, muy pronto aprobada en el Senado, afirma aquello que sabemos que es posible: accede al reconocimiento integral de la identidad de género sin pagar otros derechos como precio.
El texto de la ley fue construido a partir del aporte de distintos proyectos presentados a lo largo de los años anteriores – tanto por diputad*s como por organizaciones de la diversidad sexual. Su estructura final sigue los lineamientos planteados por el Frente Nacional por la Identidad de Género, que afirmó un proyecto que incluía, como aspecto central del derecho a la identidad de género, el derecho a encarnarla. El proceso en torno a la ley de identidad de género excede, en mucho, a la propia ley. Se trata de un proceso histórico lo largo del del cual las comunidades trans* en Argentina, diezmadas por la discriminación y la violencia, excluidas de la vida familiar, de la educación, la salud, el trabajo y la vivienda, ridiculizadas, estigmatizadas y desoídas, devinieron sujetos de una transformación legal, política y social sin precedentes.
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*Mauro Cabral es Co-Director de GATE – Global Action for Trans* Equality.
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:: Para más informaciones sobre el proyecto de Ley de identidad de género:
>> Blog de la Frente Nacional por la Ley de Identidad de Género
>> Acuerdo por las trans (Página 12)