Sexuality Policy Watch [ES]

La política sexual de julio a octubre de 2024

Primeras Palabras

Una vez más, nuestro boletín trae noticias y análisis sobre los tiempos actuales, que son más de sombras que de luces: derivas autoritarias, expansión continua de la ultraderecha y, sobre todo, las guerras superpuestas en Ucrania y Gaza, a las que se suman conflictos menos visibles, pero igualmente letales.

Además, entre julio y septiembre de 2024, un nuevo brote mundial de Mmpox fue definido por la OMS como «emergencia de salud pública global». Su escala y efectos no son equivalentes a los de la Covid-19, pero la nueva epidemia interseca de manera mucho más directa con las dinámicas regresivas de la política sexual. En Rusia, por ejemplo, donde en 2024 activistas LGBTQIA+ han sido encarcelados como terroristas, el régimen de Putin publicó una nota oficial afirmando que no teme la nueva epidemia, pues la sociedad rusa se rige por «valores tradicionales».

Por otro lado, la mpox también remite a las acciones transnacionales de la ultraderecha que, como se registró en la edición anterior de este boletín, organizó una protesta contra el Pacto Global de Pandemias en debate en la Asamblea Mundial de Salud (OMS). Este ataque externo convergió con la negativa de países del norte global en aceptar los términos del tratado, vaciando de un golpe la posibilidad de respuestas políticas concretas a crisis como la actual, cuyo epicentro, en África, ha levantado críticas severas sobre la incapacidad de movilización y reacción del sistema internacional.

Como también señalamos anteriormente, la inoperancia del multilateralismo también se manifiesta en lo que respecta a la contención de guerras y conflictos, en particular del genocidio en Gaza. Este ya supera oficialmente los 40,000 muertos, además de los soterrados, heridos, desplazados y desaparecidos. Cuando este boletín estaba siendo finalizado, después de operaciones localizadas, Israel atacó abiertamente a Hezbollah y al Líbano. En represalia, Irán respondió con un disparo sin precedentes de misiles balísticos contra Israel. El conflicto tiene ahora contornos regionales, con riesgos de escalar más ampliamente e involucrar directamente a los EE. UU., un posible agravamiento cuyos vínculos con el proceso electoral estadounidense son inequívocos, como bien analizan reportajes de Euronews y Intercept.

Así como en el boletín anterior, ofrecemos una sección sobre escenarios post-electorales y, a continuación, examinaremos a vista de pájaro eventos y tendencias de dinámicas de la política de género y sexualidad.

¡Buena lectura!
Sonia Corrêa, Nana Soares, Fábio Grotz, Tatiane Amaral

Eventos y productos SPW

En septiembre, en el marco de los debates «Democracias en disputa», cuatro feministas africanas compartieron los desafíos políticos en la región, con mayor foco en Sudáfrica, Senegal y la región del Sahel. El debate está disponible en YouTube, y el informe que sintetiza el debate estará disponible en inglés pronto. También destacamos las relatorías en portugués y videos-resumen de los debates sobre elecciones en América Latina y en EE. UU.

En julio, el SPW, en colaboración con Baixada Lab y Nuevas Narrativas Evangélicas, promovió un nuevo taller de formación sobre el «Pequeño Diccionario de Términos Ambiguos del Debate Político Actual». El encuentro tuvo lugar en Nilópolis y contó con la participación de jóvenes comunicadores y educadores. Y, en agosto, fue lanzado el tercer episodio del pódcast Oxígeno «Términos Ambiguos», realizado en colaboración con el LABJOR de Unicamp. El artículo de esta edición fue “Racismo Reverso”.

También en agosto, la co-coordinadora del SPW, Sonia Corrêa, participó en la Ciudad de México de un encuentro del Laboratorio de Acción Narrativa, iniciativa del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB) que busca ampliar la discusión sobre las configuraciones del poder contemporáneo en México y la región. El debate está disponible en YouTube.

Por último, destacamos el artículo más reciente de Richard Parker sobre las respuestas globales al SIDA en las últimas décadas, ahora traducido al portugués. El artículo argumenta que la “ampliación” de la respuesta a la pandemia ha llegado a su fin y enfatiza la importancia de un debate político más honesto sobre el estado actual de la respuesta global al VIH.

Los ciclos electorales de 2024

Elecciones en EE. UU.

En nuestro último boletín, en junio, abordamos el megaciclo electoral de 2024 y señalamos las incertidumbres que implica. En este segundo semestre, la elección americana ocupa el centro de atención, no solo por su significado global, sino también debido a la vertiginosa sucesión de hechos y giros ocurridos desde junio. En junio, el bochornoso desempeño de Joe Biden en el debate promovido por CNN provocó una crisis en la campaña Demócrata. Pocos días después, Donald Trump se benefició de una decisión de la Corte Suprema que reconoció inmunidad a los mandatarios acusados criminalmente por actos cometidos durante el mandato. Pocos días más tarde, Trump fue herido de un raspón en un intento de asesinato en un mitin en Pennsylvania. A continuación, Biden desistió de la candidatura abriendo camino para la vicepresidenta, Kamala Harris. Esta decisión inyectó energía a la campaña y creó condiciones más favorables para una posible derrota de Trump.

El derecho al aborto es un tema central en la contienda, ya que desde la Decisión Dobbs, de 2022, que anuló el derecho al procedimiento en el país, hay un amplio descontento con las restricciones impuestas por la Corte Suprema. Tanto es así que la propia campaña de Trump ha adoptado un comportamiento incierto respecto al tema, con evasivas y contradicciones, ya que la posición ultraconservadora tiene obvios perjuicios electorales. A pesar de las señales alentadoras provocadas por la candidatura de Harris, esta será una elección bastante reñida. Además, aunque Harris puede contener potencialmente el proyecto autocrático y neofascista de Trump, hay muchas contradicciones en su agenda política, especialmente en lo que respecta al genocidio en Gaza. Vea nuestra compilación.

Contextos post-electorales

En muchos contextos donde se realizaron elecciones desde junio, también se registraron tensiones, violencia y desenlaces negativos. Esto ocurrió en América Latina, en Europa y también en Asia.

América Latina

Comencemos por Venezuela, donde, a pesar de las evidencias flagrantes de fraude electoral, en las elecciones de julio, Nicolás Maduro fue declarado ganador. El régimen no hizo públicas las actas electorales, expulsó a embajadores de países que cuestionaron los resultados, ignoró otras presiones diplomáticas y, sobre todo, reprimió brutalmente las protestas. La iniciativa de mediación coordinada por Brasil junto con Colombia fue poco eficaz. El opositor Edmundo González Urrutia se exilió en España, y la Embajada argentina en Caracas, donde se refugian opositores y que está bajo custodia de Brasil, estuvo varios días rodeada por fuerzas de seguridad. Compilamos noticias y análisis.

Más al norte, en El Salvador, la política de seguridad del régimen ultraderechista de Bukele, consagrado en las elecciones de febrero, a pesar de las evidentes violaciones de derechos humanos implícitas, ha ganado creciente proyección internacional. Los elogios son robustos en Argentina, Ecuador y Brasil. No sorprende que el ministro de justicia de El Salvador haya sido una de las estrellas de la CPAC que se celebró en Brasil. Sobre todo, el régimen se está normalizando más allá del ámbito de la ultraderecha: en septiembre, Bukele fue portada de la revista Time, siendo descrito en la publicación como el «autoritario más popular del mundo».

En Argentina, Javier Milei adoptó políticas agresivas de reducción de derechos laborales y reactivó el ataque a las universidades. El cierre de la Universidad de las Madres, en particular, refleja la visión revisionista del gobierno que niega los crímenes de la dictadura militar, erosionando lo que fue una experiencia ejemplar de justicia transicional en América Latina. En el plano económico, la política «libertaria» ha producido tasas de pobreza que corresponden a más de la mitad de la población (52,9%). Y, como veremos a continuación, persisten los ataques al feminismo.

Ya en México, Claudia Scheinbaum asumió como primera presidenta del país anunciando nuevas políticas para la reducción de la violencia de género, que alcanza niveles brutales en el país, así como para la ampliación de los derechos de las mujeres. En un contexto más amplio, sin embargo, los signos son paradójicos. Sheinbaum llega al poder tras una reforma judicial que prevé la elección de jueces por voto popular y está siendo muy cuestionada dentro y fuera del país. También se han hecho severas críticas respecto a la militarización y a las condiciones críticas del sistema público de salud, además de preocupaciones sobre el desempeño de la economía.

En Brasil, las elecciones locales confirmaron la derechización que marca al país desde hace algunos años. La fuerza electoral de figuras de la ultraderecha fue uno de los principales titulares. Con votaciones expresivas, algunas de las plazas electorales más relevantes del país tuvieron candidatos del PL de Jair Bolsonaro alcanzando el primer lugar para concejal con enorme ventaja. Esto significa tanto la consolidación como la expansión coordinada de estas fuerzas por el territorio. En consecuencia, la continuidad del cerco reaccionario a la democracia y al conjunto de políticas, leyes y servicios orientados a la ciudadanía y los derechos humanos. Cabe destacar, en una mirada contraintuitiva, que parte significativa del avance de la derecha está encarnado por representantes mujeres y negros, tanto en los cargos mayoritarios como en los proporcionales. Esta imagen es fundamental para entender el tamaño del desafío que se avecina y deshacer la idea de un alineamiento automático de marcadores sociales étnicos y de género con la defensa de agendas progresistas. Además, evidencia la incapacidad del campo progresista y de izquierda de actuar y adaptarse a las circunstancias políticas y sociales, como apunta Esther Solano en entrevista al portal Nueva Sociedad.

Finalmente, pero no menos importante, la última elección de 2024 aún se llevará a cabo el 26 de octubre en Uruguay. Tal como pronosticó Pablo Álvarez en debate sobre los procesos electorales en América Latina, las encuestas indican una ventaja del 20% de la Frente Amplio. No está completamente excluida la hipótesis de segunda vuelta, pero todo indica que la izquierda derrotará a las fuerzas de derecha y ultraderecha, que han estado en el poder desde 2019, cuya gestión ha estado marcada por una grave crisis hídrica y, sobre todo, por connivencias espurias con el narcotráfico, como muestra una investigación de La Diaria.

Europa

En Europa, la intensidad de la dinámica electoral tampoco ha disminuido. En julio, las elecciones en el Reino Unido resultaron en una derrota aplastante del Partido Conservador, aplastado en las urnas, llevando a los Laboristas de regreso al poder. Pero tan pronto como Keir Starmer inició su mandato, un torbellino de fake news suscitado por el asesinato de tres niñas alimentó una ola de protestas de la extrema derecha. Todo indica que no hubo una única gran fuerza movilizando el caos, y el nuevo gobierno respondió a las protestas con medidas severas de «ley y orden».

Al otro lado del Canal de la Mancha, tras las elecciones anticipadas, pasaron dos meses antes de que el reelegido Macron anunciara al nuevo primer ministro. La elección del derechista Michel Barnier desató nuevas tensiones, ya que el puesto correspondía al amplio bloque de izquierda creado para derrotar a la extrema derecha. Además de Barnier, el nuevo ministerio cuenta con figuras que se oponen al derecho al aborto y al matrimonio igualitario. Estas decisiones, según O Globo, abren camino a la ingobernabilidad, deshaciendo el ‘cordón sanitario’ que se había creado contra la extrema derecha.

En Alemania, tras los éxitos en las elecciones europeas, la ultraderechista AfD continuó ampliando su presencia parlamentaria: en las recientes elecciones locales de Turingia, donde alcanzó una votación histórica, y en Sajonia y Brandeburgo, donde fue el segundo partido más votado. En los Países Bajos, finalmente se formó un gobierno de coalición liderado por la extrema derecha de Geert Wilders, cuyo papel no será tan determinante ante las divergencias internas. Pero, en Austria, a finales de septiembre, la victoria de la ultraderecha en las elecciones generales podría tener efectos más contundentes. Antes de esto, en el plano regional, tras los resultados de junio para el Parlamento Europeo, los partidos ultraderechistas de Hungría, Austria y República Checa habían anunciado la creación del nuevo bloque «Patriotas por Europa».

También se registraron turbulencias post-electorales en Asia, en particular en Bangladés, donde, bajo una fuerte presión popular, la primera ministra renunció y dejó el país a principios de agosto. Las masivas protestas, duramente reprimidas, fueron motivadas por reservas de cupos en el servicio público para familiares de veteranos de la guerra de independencia de 1971. Compilamos noticias y análisis sobre los hechos y su significado geopolítico.

En un contexto tan sombrío e inestable, una buena noticia viene de India: el gobierno de Narendra Modi, sin mayoría desde las recientes elecciones, se ve obligado a negociar y moderar sus impulsos antidemocráticos, como muestra nuestra breve recopilación.

Agravamientos autoritarios e inestabilidades

Además de las dinámicas electorales y sus efectos, es necesario contabilizar inestabilidades y agravamientos de los autoritarismos. Como en Tailandia, donde el Tribunal Constitucional disolvió en agosto el principal partido opositor, bajo acusación de «traición» por insulto a la monarquía (ver análisis de Human Rights Watch). O, en Túnez, donde candidaturas que se oponían al presidente Kais Saied fueron impedidas de participar en las elecciones presidenciales ganadas, previsiblemente, por el gobernante. En la vecina Argelia, un clima de represión política también caracterizó el reciente proceso electoral que mantuvo a Abdelmadjid Tebboune en el poder (94% de los votos).

También en Bolivia, el gobierno de Luis Arce enfrenta una constante inestabilidad, provocada sobre todo por su conflicto con el ex presidente Evo Morales, pero que también cuenta con presiones de la ultraderecha. Este complejo escenario es analizado en los artículos de esta breve recopilación. Y es inevitable regresar a Nicaragua, donde el régimen Ortega-Murillo se profundiza y degrada al mismo tiempo. En junio, Ortega estableció relaciones diplomáticas con el régimen talibán y, a continuación, circuló la noticia de que un centro de espionaje ruso de Putin opera desde una instalación del ejército en Managua. En agosto, alrededor de 1,500 ONGs fueron prohibidas y, en septiembre, una nueva reforma del Código Penal estableció duras penas para «delitos informáticos», cuyo alcance es mucho más amplio.

La novedad del semestre viene de Paraguay, donde gobiernos semidemocráticos han seguido sucediéndose desde el golpe parlamentario de 2012. Cuando este boletín estaba siendo finalizado, nos llegó la noticia de la aprobación de un proyecto de ley que impone enormes restricciones al funcionamiento y autonomía de las organizaciones de la sociedad civil.

Políticas antigénero

Dinámicas transnacionales

En el ámbito global, una vez más, Elon Musk añadió leña al fuego de la ideología transfóbica al declarar, en un podcast, que su hija trans había sido contaminada por el “virus woke que afecta la mente de las personas”. Además, desde junio, tres megaeventos transnacionales de la ultraderecha ocurrieron en América Latina: los CPAC de Brasil y México y una reunión del Foro de Madrid en Buenos Aires. Además, a principios de octubre, en Buenos Aires, tuvo lugar el Viva la Derecha Fest, un encuentro celebratorio de la ultraderecha latinoamericana. El line-up contó con exponentes de la agenda ultraderechista y abordó una amplia gama de temas, según la cobertura del portal Nueva Sociedad. Este intenso movimiento regional coincidió con el anuncio del inicio de operaciones de los “Wokebusters” (en traducción libre, “exterminadores de woke”), descrita como una “campaña global contra los globalistas” y una “fuerza de reacción rápida y coalición de acción política de los Conservadores en la arena internacional”. Obra del Center for Fundamental Rights (CFR), vinculado al régimen húngaro de Viktor Orbán, la iniciativa es una fuerte señal de la coordinación de las ambiciones autoritarias y del ímpetu persecutorio de estas fuerzas.

Un artículo de Carolina Mombach, Marco Aurélio Prado y Sonia Corrêa sobre la CPAC en Camboriú, Brasil, analiza cómo los ataques a género y al derecho al aborto están hoy entrelazados con las cuestiones de “inseguridad pública”, la crisis climática y también con la crítica dirigida a las perspectivas decoloniales. En este balance, llama especialmente la atención la articulación entre el negacionismo climático y la defensa del patriarcado. Según una diputada brasileña, la agenda ecológica “borra la centralidad del hombre”, lo que es condenable porque “todas las sociedades exitosas son sociedades patriarcales”.

EEUU.

Un actor presente en casi todos estos eventos es la Heritage Foundation. A comienzos del año, lanzó el Proyecto 2025, un documento de 900 páginas que explicita los planes de la ultraderecha americana de transformar radicalmente las bases republicanas y democráticas del país, en caso de que Trump sea reelegido. Esta agenda está organizada en cuatro pilares: la restauración de la familia, abolición del Estado administrativo, defensa de la soberanía nacional y garantía de las libertades individuales, «dadas por Dios», y propone ampliar sustancialmente los poderes presidenciales. En el debate de los Diálogos Pendientes y Emergentes sobre las elecciones americanas, Heidi Beirich analizó el Proyecto 2025. Y, en su carta feminista mensual, Françoise Girard evaluó cuán devastador sería su impacto.

Las reacciones críticas al Proyecto 2025 han sido contundentes y, según parece, hay conflictos en curso entre sus líderes. Sin embargo, el espectro de este plan devastador sigue vivo en el proceso electoral estadounidense. Pocos días después de la noticia sobre estos conflictos internos, el candidato a la vicepresidencia, J. D. Vance, dejó claro, en la Convención Republicana, que la política antigénero será un tema central de una eventual nueva administración Trump. A continuación, atacó virulentamente a Kamala Harris por ser una mujer sin hijos. Siguió una amplia cobertura sobre el perfil fundamentalista cristiano, misógino y lgbtfóbico del candidato a la vicepresidencia. Françoise Girard también hizo un excelente perfil del personaje.

América Latina

Javier Milei, en Argentina, además de todas las medidas antifeministas adoptadas desde enero, creó una secretaría de culto en el Ministerio de Relaciones Exteriores. El organismo proyecta intenciones de trasladar agendas antigénero a la política exterior. Además, como muestra un artículo de Clarín, se registran evidentes retrocesos en el acceso al aborto legal en la Provincia de Buenos Aires. Y, según un balance crítico publicado por el portal Ela, se verifica una enorme desigualdad en la distribución de los recursos destinados por el presupuesto federal de 2025 a mujeres y niñas.

Ya en Chile, la divulgación del informe Cass desató un amplio ataque al reconocimiento de las identidades de género diversas en niños y adolescentes. Un análisis detallado, elaborado por investigadores chilenos, incluido Tomás Ojeda, colaborador del SPW, muestra cómo el contenido del documento fue distorsionado con fines políticos. Esto tuvo un amplio impacto en la gran prensa y el activismo antitrans, generando sobre todo polémicas en torno al riesgo de suicidio de adolescentes y personas que no reciben atención médica.

De la misma manera, en El Salvador, el «combate al crimen» no es la única agenda del régimen. Los ataques al género y la sexualidad son una prioridad para Bukele, según analiza un artículo del portal El Faro. La ideología antigénero ha sido incorporada a las políticas de salud, educación y cultura. En julio, cientos de funcionarios fueron despedidos del Ministerio de Cultura acusados de propagar “ideología de género”. En un artículo de la Agencia EFE, la feminista Morena Herrera analiza cómo estas políticas impactan los derechos de las mujeres.

Finalmente, en Brasil, las ofensivas contra los derechos trans, que han cobrado fuerza desde 2023, tampoco se han enfriado. En los legislativos, continúan proliferando proyectos de ley que restringen el acceso a baños y el uso de lenguaje neutro. En mayo, una investigación del Portal Diadorim analizó cómo, en menos de 6 días, un primer proyecto antitrans fue replicado en diferentes regiones del país, muchas veces sin ninguna modificación. Un segundo artículo, más reciente, evidenció que, desde 2023, políticos de ultraderecha pagaron por impulsar 124 publicaciones contra niños y adolescentes trans en Facebook e Instagram.

En las recientes elecciones municipales, varios candidatos utilizaron la agenda antigénero y antitrans en sus campañas. Como el concejal más votado de São Paulo, cuya propaganda priorizó el combate al «woke», «a la ideología de género» y discursos abiertamente transfóbicos. En este contexto abiertamente convulso, el proyecto de ley del nuevo Plan Nacional de Educación (PNE), enviado por el gobierno federal al Congreso, ni siquiera menciona género. La misma ausencia se registra en los documentos y debates relativos al Grupo de Trabajo creado por el Ministerio de Educación para combatir la discriminación y el acoso en las escuelas. Es decididamente muy preocupante.

Igualmente preocupante, en el campo de la Ciencia, fue la noticia proveniente del estado de Santa Catarina. La agencia estatal responsable de promover la investigación y la innovación ha dirigido su artillería contra proyectos dedicados a temas de género, sexualidad y ultraderecha. Según la Asociación de Posgraduados de la UFSC, ocho proyectos fueron rechazados por la Fapesc con la justificación de que «no habría correlación directa entre el tema propuesto por los proyectos y el desarrollo regional del Estado de Santa Catarina». Un evidente ataque al libre ejercicio de la investigación científica y académica. La Asociación Brasileña de Antropología, la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia y el Instituto de Estudios de Género (UFSC) repudiaron la medida.

Europa

El Tribunal Constitucional italiano reconoció que las personas no binarias encuentran protección constitucional en el ámbito de los principios de identidad social, igualdad y derecho a la salud. Sin embargo, no extendió el entendimiento al derecho de registrarse como individuo no binario en los documentos civiles. ILGA Europa se manifestó críticamente sobre la decisión. En Bulgaria, en agosto, el Parlamento aprobó con amplia mayoría una legislación que prohíbe el debate y la promoción de temas LGBTQIA+ en las escuelas. Inspirada en leyes rusas y húngaras, la medida provocó protestas y manifestaciones de repudio de la sociedad civil.

Deportes

Como se sabe, esta es hoy una de las arenas más álgidas de las ofensivas contra el «género» y, más especialmente, contra las mujeres trans. Estas tensiones, que han ido en aumento desde 2021, cuando el Comité Olímpico Internacional (COI) estableció nuevas reglas para la inclusión de atletas trans, ganaron nuevas proporciones durante las Olimpiadas de París. La boxeadora argelina Imane Khelf vio cuestionada su participación por una virulenta marea de desinformación. El episodio fue analizado en detalle por Nana Soares.

Foros globales

En las arenas globales y regionales de derechos humanos, destacamos la bienvenida y merecida nominación de Gloria Careaga al puesto de relatoría para los derechos de las trabajadoras sexuales en la OEA. La Red de Mujeres Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe (RedTraSex) y Caribe Informativo celebraron el anuncio.

Por otro lado, la relatora especial de la ONU sobre Derechos de las Mujeres, Reem Alsalem, sigue alimentando la agenda global de ataques a los derechos de identidad de género. Su último informe temático sobre violencia contra mujeres y niñas reitera la propuesta de que los deportes sean radicalmente «separados por sexo», alegando que la presencia de «hombres»/»hombres que se identifican como mujeres» es una amenaza de violencia física y psicológica para las niñas y mujeres. El informe, de hecho, menciona, de manera desafortunada, el episodio de las Olimpiadas de París, argumentando que las boxeadoras cuya participación fue cuestionada debieron haber sido sometidas a «pruebas de sexo». En otra manifestación problemática sobre género, Reem Alsalem declaró en conversación con el diario Telegraph que está en contra de la prohibición de las llamadas «terapias de conversión», una posición que se encuentra en absoluta oposición al entendimiento inclusivo de otros expertos de la ONU, como señala un artículo del Portal Catarinas.

En contraposición, la Relatora Especial sobre los Derechos Culturales, Alexandra Xanthaki, en el informe «El derecho a participar en deportes», defiende la participación deportiva como un derecho cultural. Alexandra Xanthaki enfatiza la necesidad de cuestionar los estereotipos de género y asegurar la presencia de todas las personas, incluyendo mujeres, niñas y personas cuya identidad de género difiere de la norma. El documento afirma que «negar a las mujeres adultas su derecho a la autoidentificación de género, entre otras cosas, insistiendo en referirse a ellas como si tuvieran género masculino, es inaceptable y puede considerarse incitación al odio». Además, el 8 de octubre, cuando Reem Alsalem presentó su informe temático a la Asamblea General de la ONU, varios países cuestionaron su posición respecto a la participación de mujeres y niñas en los deportes.

Derechos LGBTQIA+

En el ámbito de los derechos LGBTQIA+, una vez más hay retrocesos que registrar. En Malawi, la Corte Suprema rechazó una acción que cuestionaba tres artículos del Código Penal que penalizan las relaciones entre personas del mismo sexo y las identidades trans. En Ghana, la Corte Suprema decidió mantener una ley heredada de la colonización británica que criminaliza la relación consensual entre adultos del mismo sexo. Y, en Burkina Faso, la junta militar que tomó el poder en 2022 adoptó un nuevo código militar, aún por ser aprobado por el Parlamento, que criminaliza la homosexualidad en el país. La BBC produjo un amplio reportaje situando el caso burkinés en el contexto regional de reactivación de las leyes penales contra la homosexualidad y las identidades de género divergentes de la norma.

En Georgia, en septiembre, el Parlamento también aprobó una nueva ley draconiana y amplia que prohíbe la transición de género, impide el reconocimiento de los matrimonios entre personas del mismo sexo celebrados en el extranjero, así como prohíbe la adopción por parejas gays o personas trans y establece censura a películas y libros. También criminaliza las marchas del orgullo y la exhibición de la bandera arcoíris. Al Jazeera analizó el contexto de la aprobación de la legislación, subrayando el peso de la influencia del régimen de Putin y de la Iglesia Ortodoxa.

Sin embargo, también hay buenas noticias. En África, Namibia, a partir de una decisión de la Corte Suprema, invalidó una ley penal anti-sodomía, también heredada de la colonización. Amnistía Internacional y Human Rights Watch celebraron la sentencia. En Aruba y Curazao, en el Caribe, la Corte Suprema holandesa legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo. Ya en la República Dominicana, la Corte Constitucional aceptó una demanda para analizar la acción que impugna la criminalización de las relaciones homosexuales en las fuerzas policiales y armadas. Esta buena señal debe, sin embargo, situarse en un contexto político más amplio, es decir, en la reelección de un gobierno conservador y la reforma del Código Penal que mantiene la prohibición total del aborto y desatiende la protección de los derechos de las personas LGBTQIA+.

En Colombia, se presentó un proyecto de ley en el Congreso en julio que establece un amplio espectro de derechos para las personas LGBTQIA+, tales como la prohibición de «prácticas de reconversión», la garantía de dignidad en los servicios de salud y en el mercado laboral, y la educación inclusiva. El activista transmasculino Lina Quevedo conversó con El País sobre la originalidad del proyecto. También se está elaborando una propuesta de legislación para el reconocimiento pleno del derecho a la identidad de género. En Ecuador, la Corte Constitucional ratificó el derecho de las personas trans a modificar el nombre en su cédula de identidad y abrió camino para que las parejas gais y lésbicas tengan acceso garantizado a la reproducción asistida.

También hay noticias positivas en Asia. En Corea del Sur, también por decisión de la Corte Suprema, las parejas del mismo sexo adquirieron el derecho a la cobertura conyugal en el sistema público de salud. La iniciativa fue vista como un paso histórico hacia la legalización del matrimonio igualitario. Más especialmente, la Corte Suprema de Nepal, que desde los años 2000 ha emitido decisiones muy positivas en relación con la identidad de género, reconoció que una mujer trans es, efectivamente, mujer y tiene el derecho de ser legalmente reconocida como tal, sin necesidad de diagnóstico o intervención médica.

Esta decisión era necesaria porque, como analiza un artículo de HRW, aunque la decisión de la Corte de 2007 había reconocido el derecho a una «otra» identidad (no binaria) o a ser identificada/o como «tercer género», el sistema legal exigía que las personas trans que requerían ser reconocidas como «mujeres» u «hombres» fueran sometidas a intervenciones quirúrgicas. La decisión es simbólicamente muy relevante en un contexto global en el que las fuerzas de ultraderecha y los feminismos esencialistas han utilizado constantemente la categoría «mujer» para atacar «género» y los derechos trans.

Aborto y Derechos Reproductivos

América Latina

En Brasil, la Alcaldía de São Paulo continúa dificultando el acceso al procedimiento previsto por la ley y, desde junio, al menos tres mujeres víctimas de violencia sexual han visto su derecho denegado, como lo reportó el portal G1. Esto ocurre incluso cuando la Alcaldía ha sido interpelada por incumplimiento de una orden judicial, con una multa de R$10,9 millones. En el estado de Goiás, una niña de 13 años embarazada por violación fue impedida por dos decisiones de la Justicia Estatal de realizar el aborto. Pero, tras mucha procrastinación, el Superior Tribunal de Justicia (STJ) autorizó la interrupción del embarazo. Este caso complejo fue objeto de extensos reportajes de los portales Metrópoles y G1. Según una serie de reportajes del portal AzMina, el lobby antiaborto en Brasil cuenta hoy con una coordinación robusta y un voluminoso financiamiento. Según uno de los reportajes, el empresario Jorge Gerdau, presidente de la mayor siderúrgica del país, patrocina los contenidos producidos por la plataforma de ultraderecha Brasil Paralelo, una de las que más invierte en propaganda antiaborto.

Sin embargo, una buena noticia proviene de Bahía. El Tribunal de Justicia del Estado anuló la sentencia de primera instancia y autorizó la interrupción de la gestación de un feto sin posibilidades de vida después del nacimiento. El caso expone, como indicó O Globo, los problemas derivados de la decisión del STF de 2012, que solo permite la interrupción en casos de anencefalia.

En México, donde el derecho al aborto ha ido ampliándose desde 2021, el legislativo del Estado de Aguascalientes dio un paso atrás y limitó a seis semanas de gestación la posibilidad del procedimiento (modelo adoptado también en el estado de Texas, EE. UU.). La decisión fue criticada por Human Rights Watch. Un reportaje de OpenDemocracy analiza cómo el lobby antiaborto mexicano se ha estructurado para contrarrestar los avances legislativos de las últimas dos décadas.

Europa y EE. UU.

En Noruega, el gobierno presentó un proyecto de ley para ampliar el período de gestación elegible (de 12 a 18 semanas) para la realización del procedimiento. La Campaña Internacional por el Derecho de las Mujeres al Aborto Seguro detalló el contexto político, considerando las limitaciones del proyecto. Y, en el estado de Dakota del Norte (EE. UU.), un juez invalidó una ley aprobada en 2023 que prohibía la interrupción del embarazo, con dos excepciones (violación e incesto) de alcance bastante reducido, porque se permitía solo hasta la sexta semana de gestación. Sin embargo, más al sur del país, la Corte Suprema del estado de Georgia restableció temporalmente una ley que, en la práctica, prohíbe el aborto sin excepciones, ya que impone como criterio la detección de latidos cardíacos (comúnmente, a partir de la sexta semana de gestación).

Amenazas a los profesionales de la salud

El escenario global de ofensiva contra el derecho al aborto incluye un elemento inquietante y poco debatido: la inseguridad que rodea a los profesionales de la salud y a los activistas que luchan por garantizar el procedimiento. Un informe de Amnistía Internacional mapea la situación en diferentes países y presenta los riesgos y violaciones a los que están sometidos aquellos que defienden este derecho.

Salud reproductiva y mortalidad materna

En este ámbito, una buena noticia proviene de Brasil. En septiembre, el gobierno federal lanzó la Red Alyne. Esta nueva política, diseñada para ampliar y fortalecer la red de cuidado integral a la salud reproductiva de las mujeres, fue nombrada así en tributo a la joven Alyne Silva Pimentel que, en 2002, a los 28 años, murió de muerte materna en una maternidad contratada por el SUS, en Belford Roxo, Río de Janeiro. En 2007, ante la falta de respuesta de la justicia brasileña, el caso fue llevado al Comité para la Eliminação de todas as formas de Discriminação contra as Mulheres (CEDAW/ONU). En 2011, Brasil fue responsabilizado por su muerte. Se establecieron obligaciones para el Estado de proporcionar una compensación financiera a la familia de Alyne y adoptar medidas de no repetición. Es decir, implementar políticas públicas efectivas para prevenir y reducir la mortalidad materna, lo que, de hecho, no ha sucedido. Lea la cobertura del SPW en el momento de la decisión.

Género y Feminismos

Acoso de “alto nivel”

Entre julio y septiembre, Brasil y Argentina fueron escenarios de escándalos políticos de alta repercusión que involucraron denuncias de violencia de género y acoso sexual.

En Argentina, en agosto, el ex-presidente Alberto Fernández, conocido por sus posiciones progresistas respecto al derecho al aborto, fue acusado por su ex-esposa de violencia doméstica —quien también lo acusó de haberla obligado a abortar. Pocos días después, la Fiscalía acusó formalmente al ex-mandatario por “lesiones graves, abuso de poder y amenazas” contra Fabiola Yañez. El caso repercutió mucho más allá de las fronteras argentinas y, además de representar un inmenso bochorno para la izquierda, fue prontamente aprovechado por la gestión de Milei, como muestra nuestra recopilación. En palabras de Mariana Carbajal, el uso político que el gobierno hizo del episodio tiene un fuerte matiz de cinismo, pues desde hace mucho tiempo, el discurso de Milei ha sido cuestionar el significado y la relevancia de la violencia de género como una “distorsión feminista”.

En Brasil, a principios de septiembre, el entonces ministro de Derechos Humanos y Ciudadanía, Silvio Almeida, fue acusado de acoso sexual, incluso contra su colega de gabinete, la ministra Anielle Franco (Igualdad Racial). La noticia, difundida el jueves (05/09) por la prensa y respaldada por información captada junto al Me Too Brasil, tuvo una repercusión inmediata. Al día siguiente, el presidente Lula declaró que Almeida no tenía condiciones de permanecer en el cargo y su renuncia fue anunciada a inicios de la noche. Las redes sociales estallaron y surgieron relatos de que las denuncias circulaban en el gobierno desde hacía tiempo. La profusión noticiosa persistió en las semanas siguientes, sacando a la luz otras acusaciones de acoso perpetradas por el ex-ministro en el pasado, posicionamientos sobre su derecho a defensa, críticas a su actuación y notas de solidaridad hacia la ministra Anielle. Ofrecemos una extensa recopilación sobre el caso.

Finalmente, la ex-ministra de la Corte Suprema mexicana y diputada electa, Olga Sánchez Cordero, quien ocupó el cargo de ministra de la Secretaría de Gobierno al inicio de la gestión de Manuel López Obrador, hizo un extenso relato público sobre la violencia institucional de género. El testimonio revela cuánto la desigualdad de género y la misoginia están incrustadas en las instituciones estatales mexicanas.

Violencia sexual sistemática en Francia

Particularmente chocante es el caso de la mujer francesa de clase media que, durante más de una década, fue drogada por su propio marido para ser violada por más de 50 hombres. Estas violaciones fueron filmadas y compartidas en internet. El caso solo ganó repercusión porque Gisèle Pelicot decidió hacerlo público, exponiendo a su marido. El Nexo produjo un reportaje detallado sobre el caso mostrando cómo, incluso en las etapas avanzadas del juicio, los abogados de defensa hicieron todo lo posible para desacreditar a Gisèle.

Género, brutalismo de las guerras y la represión estatal

Otros escenarios deben ser añadidos a la catástrofe del genocidio en Gaza sobre mujeres y niñxs. En Sudán, la guerra civil iniciada en 2023 ha sido especialmente atroz para las mujeres, ya que la violación se ha vuelto generalizada, llevando a la ONU y a Human Rights Watch a lanzar alertas de emergencia sobre la violencia sistemática a la que están sujetas mujeres y niñas. En un artículo para Nueva Sociedad, Raga Makawi describe un escenario aterrador donde la guerra también es contra las mujeres en combate, ya que en varias regiones son ellas mismas, hoy armadas, quienes se defienden contra el brutalismo del conflicto.

En Afganistán, el régimen talibán ha extendido la coerción y control sobre las mujeres al prohibirles hablar en público. La nueva legislación, a finales de agosto, estipula que “siempre que una mujer adulta sale de casa por necesidad, debe ocultar su voz, rostro y cuerpo”. CBS publicó un reportaje sobre la reacción organizada que las afganas han tenido en línea al cantar como forma de desafío a la medida.

Y, en Irán, se cumplieron dos años del asesinato de la iraní Mahsa Jina Amini bajo custodia de la llamada policía de la moralidad, tras haber sido detenida por uso incorrecto del pañuelo. El caso generó protestas en todo el país y, lamentablemente, desde entonces nada ha cambiado, según relata Human Rights Watch.

Sexualidad y Arte

Vale la pena revisar una performance de la apertura de las Olimpiadas de 2024. La reinterpretación del cuadro “Fiesta de los Dioses”, de Jan Harmensz van Bijlert, trajo danzas, abundancia, voguing y drag queens. El combo completo para enfurecer a la extrema derecha francesa que, pensando que era una referencia o reinterpretación de La Última Cena, calificó el número de “sacrilegio” y llegó a sugerir un boicot a los Juegos. El director artístico de la apertura de las Olimpiadas, Thomas Jolly, negó que su intención fuera parodiar el pasaje bíblico. “La idea era hacer una gran fiesta pagana vinculada a los dioses del Olimpo”, dijo él.

En el marco erótico-olímpico y de la furia religiosa que ocasionó, revisitamos a Ventura Profana, la travesti, artista visual y cantante que actúa en la frontera de estas lógicas divergentes para “edificar al público LGBT”. En exhibición en el Masp, la también pastora y misionera fue tema de un reportaje en O Globo. En 2020, el SPW ya había destacado sus obras provocativas.

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