Por Carolina Mombach, Marco Aurélio Prado, Sonia Corrêa
Traducción con apoyo de Ángel Pineda y Magaly Pazello
En 2019 tuvo lugar el primer evento del CPAC en São Paulo (Brasil), es decir, EN Conservative Political Action Conference (Conferencia De Acción Política Conservadora) creada en Estados Unidos en 1974 por la ACU – Americana Unión Conservadora, precisamente cuando, como analiza Sonia Corrêa, comenzó un proceso de reorganización y reconfiguración del ultraconservadurismo y la ultraderecha en América y Europa, cuyos recorridos posteriores nos llevan hasta la actualidad.
En el 2017, la conferencia CPAC se celebró en Japón y por primera vez fuera de Estados Unidos. Resultó muy significativo que dos años después se celebraran eventos en Australia, Corea del Sur y Brasil. En 2022, CPAC llegó a Budapest, donde se llevó a cabo una segunda conferencia en 2024, y a Ciudad de México. En 2019, fue recibido por el gobierno de Bolsonaro y fue escenario del “delfín” Eduardo – “mejor amigo” de Trump y Bannon – pero también de Damares Alves, Onyx Lorenzoni, Ana Caroline Campagnolo y Felipe Martins, pero aún sin Presencia de importantes entrevistas internacionales, así como de Matt Schlapp, presidente de la ACU y algunos periodistas de FoxNews.
En su momento, la ACU anunció que los eventos brasileños serían anuales. Esto, de hecho, sucedió, aunque no en 2020 debido a la pandemia. Desde 2020, cuando fue creado por Eduardo Bolsonaro, el Instituto Conservador Liberal (ICL) se convirtió en el operador nacional del evento que hoy es su buque insignia. Sin embargo, según un artículo de Pública, los costos del CPAC están cubiertos desde 2019, a través de recursos donados por GETTR, la empresa de comunicaciones de Trump, y Aprosoja Brasil.
La segunda CPAC tuvo lugar en septiembre del 2021, en Brasilia, en medio de las tensiones por las celebraciones del 7 de septiembre, que Marcos Nobre interpretó como un “ensayo golpista”. En estas condiciones inusuales, el evento sólo ha ganado visibilidad porque, al final, Jason Miller, director del GETRR, que participaba de la reunión, fue detenido en el aeropuerto de la capital. Sin embargo, el acto en sí no recibió mucha atención. Asistieron varias autoridades estatales y activistas brasileños de la ultraderecha religiosa y laica, representantes de Project Veritas (organizaciones periodísticas conservadoras de Estados Unidos), como Mark Green, presidente del comité de seguridad del Partido Republicano, y Charlie Gerow, antiguo asesor de Ronald Reagan.
En junio del 2022, la CPAC se celebró en Campinas, cuando las elecciones presidenciales ya dominaban el debate nacional. Tampoco llamó mucho la atención, a pesar de la presencia de figuras clave de la ultraderecha regional y transnacional: José Antonio Kast, que había estado muy cerca de la presidencia en Chile unos meses antes, y Javier Milei, una estrella emergente de la política argentina. Además de Milei y Kast, volvieron a estar presentes Jason Miller, del GETRR, y Eduardo Bittar, del movimiento derechista venezolano Rumbo Libertad. La cuarta edición tuvo lugar en septiembre del 2023 en Belo Horizonte, donde las principales figuras fueron los iconos de la ultraderecha local Nicolás Ferreira y el gobernador del estado de Minas Gerais, Romeu Zema, con una participación extranjera muy limitada.
En el 2024, en su medio siglo de existencia, la CPAC tuvo lugar en el Balneário Camboriú, Santa Catarina, y por primera vez recibió una cobertura más amplia de la prensa brasileña. Parece que los grandes medios de comunicación nacionales se han dado cuenta de que, para comprender la historia y los entresijos del giro hacia la ultraderecha en el país, es necesario no perder de vista el ecosistema transnacional al que está conectado. No basta con centrarse sólo en las relaciones singulares con sus actores más relevantes, como Bannon, Orbán o Milei. Esto es genial, pero no se hicieron las conexiones necesarias entre la conferencia de Camboriú y la intensa secuencia de eventos transnacionales que la precedieron, cuyos objetivos, en 2024, siempre fueron electorales.
Por ejemplo, la CPAC de Washington, en febrero, ha sido un gran “escenario para la venganza de Trump”. En abril, en Bruselas, una tumultuosa conferencia de nacionalistas conservadores europeos también tenía inequívocos objetivos electorales. A finales del mismo mes, se celebró en Budapest la segunda CPAC del año en la que como informó Jamil Chade, entre otras cosas, se debatieron los pronósticos para las elecciones europeas. En mayo, muchas de las mismas fuerzas volvieron a reunirse en Madrid bajo los auspicios de Vox. Diversos protagonistas de este maratón, como Eduardo Bolsonaro, Milei y Kast, estuvieron en el acto de Camboriú que, por supuesto, fue también una preparación para las elecciones municipales brasileñas.
Quién estuvo y qué se dijo en Camboriú
No es casualidad que el CPAC Brasil-2024 se celebrara en Santa Catarina, estado gobernado por el presidente de Bolsonaro, Jorginho Mello, del PL, y donde Bolsonaro obtuvo más del 70% de los votos en 2022. Además de Bolsonaro y su clan, incluida Michele, muchas figuras importantes de la ultraderecha nacional estuvieron presentes en Camburiú: el gobernador de São Paulo, Tarcísio de Freitas, diputados federales y locales vinculados a Bolsonaro, Guilherme Derrite (secretario de Seguridad Pública del Estado de São Paulo), Uner Augusto (del MOVA-BH), Lucas Campos (APAs) y Cintia Chagas (influencer digital).
Pero también estuvieron presentes voces políticas e institucionales de Argentina, Bolivia, Chile, El Salvador, Estados Unidos, Hungría, México y Portugal. Algunas de ellas eran figuras estelares como Milei, que se saltó la reunión del Mercosur en Asunción para venir a Brasil en viaje “no oficial” como hizo en España, Antonio Kast, líder de la ultraderecha chilena y presidente de la Red Política por los Valores, y Gustavo Villatoro, ministro de Justicia de El Salvador. Pero también figuras emergentes como Rita Matias, la joven diputada por Chega (Portugal). Al anunciar las presencias extranjeras, especialmente el aclamado Milei, el locutor Paulo Vitor Souza, del Canal Hipócritas, gritó que esto es una prueba más de que la ultraderecha en el mundo está organizada y unida contra el socialismo, la corrupción y el globalismo, que están por todas partes. A lo que el público reaccionó gritando con vigor que nuestra bandera jamás será roja1.
Algunos de los discursos de estas figuras acapararon la atención de los medios de comunicación brasileños. Por ejemplo, el discurso final de Milei discutió voluptuosamente el libre mercado y la reducción drástica del Estado. Del mismo modo, afirmó que la investigación a Bolsonaro se trataba de una persecución, pero no atacó frontalmente a Lula como hizo con Pedro Sánchez durante sus visitas a España. En cambio, se pronunció ampliamente contra los “países socialistas”. Y, confirmando que en los megaeventos ultraderechistas siempre hay espacio para la grosería masculina, Milei recibió de Bolsonaro la medalla de las tres “íes” (imbrochável, imorrível e incomível), como fue ampliamente divulgado en las páginas nacionales.
Villatoro, ministro de Bukele fue mucho más agresivo, declarando que la política de seguridad pública de El Salvador sólo funcionó porque el Tribunal Supremo “fue al carajo”, lo que fue muy aplaudido, ya que se trataba también de un “mensaje al STF-Supremo Tribunal Federal”. Kast, que curiosamente no generó mucho interés mediático, se centró en Venezuela, llamando a una alianza regional contra el régimen. Otros discursos extranjeros significativos tampoco recibieron suficiente atención por parte de los periodistas.
Por ejemplo, y curiosamente, el aborto no fue un tema central de las voces brasileñas, tal vez para no alimentar aún más la corriente de repudio al proyecto de ley 1904 que, desde mayo, sigue haciendo furor en el debate público nacional. Pero la cuestión fue introducida en el debate por la portuguesa Rita Matias, que asoció el aborto con el marxismo. Matias también hizo un fuerte ataque a las teorías decoloniales, cuyo contenido vale la pena tener en cuenta, pues puede proliferar pronto en las redes nacionales. Según ella:
La izquierda hoy quiere destruir la fraternidad que tenemos y por eso en el mundo académico empezaron con teorías poscoloniales y quisieron poner a Portugal contra Brasil y a Brasil contra Portugal. Pero lo que nos une es mucho más fuerte y los conservadores lo saben, porque hace muchos siglos, cuando los portugueses daban la vuelta al mundo en carabelas, cuando llegaron aquí, a la ‘tierra de la verdadera cruz’, y celebraron misa, su intención era difundir la fe.
El líder de la CPAC-Hungría, por su parte, llamó a luchar firmemente contra la agenda woke, señalando que la conferencia es la plataforma ideal para formar comunidades y alianzas transnacionales de “fuerzas patrióticas” contra el wokismo. Evocando así el partido regional creado por Orbán tras las elecciones al Parlamento Europeo de junio. En el evento también se presentó la candidatura de Branko Marinkovic a la presidencia de Bolivia y se supo de la creación de un partido de ultraderecha mexicano liderado por el actor y activista Eduardo Verástegui, del movimiento Viva México (que no logró inscribirse para las elecciones presidenciales de 2024).
Sobre todo, se promovió enérgicamente el activismo local con vistas a las próximas elecciones en Brasil. Este tono electoral se vio reforzado por la densa presencia de políticos profesionales y un público formado predominantemente por precandidatos a alcalde o concejal de municipios de todo el país.
Activismo glocalista: articulación de lo local y lo transnacional2
¡La guerra empieza con el poder local! – Fernanda Barth, concejala del PL en Porto Alegre.
La CPAC forma familias en todo el mundo, es nuestra alianza de patriotas en el mundo – Vajk Farkas, CPAC Hungría.
La CPAC Camboriú dedicó mucho tiempo y espacio al activismo ultraderechista local. Además del Instituto Conservador-Liberal (ICL), se mencionaron y elogiaron iniciativas de la sociedad civil brasileña, como Ação Política Atlântico Sul (APAS) y Movimento de Valores pelo Brasil (MOVA), surgidas en los años 2013 y 2019, respectivamente. El gran mérito de estas dos organizaciones, según los ponentes, fue llevar a la gente al poder legislativo e influir en las instituciones estatales, siendo un ejemplo la movilización del MOVA las acciones contra el uso del género en el Plan Nacional de Educación (PNE). También se valoró muy positivamente su capacidad para movilizar contingentes digitales y reales contra el “comunismo”, el “socialismo” y la “ideología de género”. Las “Madres de la Derecha” también adquirieron relevancia por su defensa intransigente de los niños contra los “efectos nocivos de la ideología de género”, especialmente en Minas Gerais. En la misma línea, se analizaron los consejos tutelares como espacios estratégicos fundamentales para las movilizaciones sociales de la ultraderecha y se celebró la elección masiva de concejeros en las elecciones del 2023.
Las y los participantes brasileñas/os fueron llamadas/os a emprender acciones locales y a presentarse como candidatas/os. Hubo muchos paneles motivacionales en los que activistas, concejales y posibles candidatos se presentaron como modelos de acción política en sus localidades. La frase más constante durante los dos días de debates fue: Después de esta CPAC volverás a tu comunidad para hacer, para actuar. El lema, utilizado por la ultraderecha transnacional y ampliamente propagado por Olavo de Carvalho, no te detengas, no te precipites, no retrocedas, fue repetido ad nauseam en varios discursos del evento y replicado en una gran pantalla con imágenes y otras frases suyas. Sobre todo, se insistió mucho en la preparación de los candidatos a concejal, en cuanto a postura, lenguaje corporal y programas político-ideológicos. Los animadores en el escenario preguntaban a menudo: ¿Hay algún candidato a concejal por ahí? Con discursos extasiados, animaban a la acción local como práctica de “ciudadanía”: vigilar los libros del colegio de los hijos, convencer a los amigos para que voten a nuestros candidatos, organizar acciones contra la “ideología de género” en las escuelas.
Sin embargo, al abordar el trabajo de base, los oradores insistieron también en la necesidad de crear redes transnacionales de integración en América Latina y Europa. En el marco de estos debates, Onyx Lorenzoni, actualmente viviendo en Portugal, anunció el lanzamiento de un nuevo frente de ultraderecha en el mundo: la Alianza por la Libertad, que pretende aglutinar a actores sociales y estatales ultraconservadores y neoliberales en Europa y América para llegar al poder y mantenerse en él.
Los temas más debatidos en la CPAC Camboriú
Se trataron muchos temas en charlas y debates. La mayoría no eran nuevos, pero han sido desarrollados con nuevos argumentos y formatos. La lucha contra el comunismo y el socialismo se reiteró constantemente. Utilizando el lenguaje de Butler en “¿Quién teme al género?”, se nota una lucha contra el fantasma del comunismo, porque en general, con la excepción de la intervención de Kast, no hubo referencias concretas a contextos gobernados por regímenes “comunistas o socialistas” reales. Fue más bien un llamamiento a combatir el comunismo espectral dondequiera que esté, porque está en todas partes: lo peor que existe es el comunismo y el socialismo de tu Estado, de tu país.
Otro tema fuerte fue la “amenaza de la financiación internacional”, principalmente de la Fundación Open Society, de George Soros, para apoyar a organizaciones no gubernamentales en Brasil. Este tema fue presentado por el diputado Felipe Barros frente a una gran pantalla en la que se proyectaba un gráfico esquemático sobre quién recibe esta financiación para sostener al PT y al socialismo. La diapositiva enumeraba a Conectas, Instituto Marielle Franco, Instituto Sócio Ambiental, Instituto Sou da Paz, Instituto Clima e Sociedade, Observatório do Clima, Sleeping Giants y Agência Pública como receptores de millones de la Open Society.
La cuestión medioambiental también se ha tratado exhaustivamente desde diversos ángulos. Una versión afirma que la agenda ecológica globalista radical atenta contra la libertad del mercado e impide la “construcción del bien y la prosperidad”. En otro orden de cosas, participantes nacionales e internacionales han llamado a luchar firmemente contra la Agenda 2030, calificada de imposición socialista que se está implementando a través de los llamados ESG (Environmental, Social, and Governance). La estridente Ana Campagnolo, por su parte, argumentó que al hacer de la biosfera el centro del debate sobre los derechos, la agenda ecológica desdibuja la “centralidad del hombre”, subrayando que esto es censurable porque todas las sociedades exitosas son sociedades patriarcales. En su versión más completa, el argumento de la diputada asocia las preocupaciones medioambientales con la “ideología de género” y el aborto, y las condena basándose en doctrinas religiosas:
El peligro del globalismo internacionalista es que desplaza el antropocentrismo y sitúa la vida no humana en el centro cognitivo de las acciones políticas. Quieren cambiar nuestras mentes, nuestra visión del mundo. Quieren llamar al hombre mujer y al aborto derechos reproductivos… La izquierda no es sólo ideológica, es religiosa laica, está creando una nueva religión al establecer derechos para la llamada madre tierra. La Biblia dice que Dios creó al hombre para que se multiplicara y dominara la tierra. La izquierda, en cambio, quiere sacar al hombre de este centro y colocar en él el biocentrismo, que es contrario a la Biblia. Se trata de un proyecto diabólico que invierte la lógica de Dios.
Según otra variante de esta misma acusación, la agenda ecologista, al someter al ser humano a la naturaleza, implica el abandono de la racionalidad (o del libre albedrío), convirtiendo al ser humano en un ser vulnerable. Esto también sería contrario al Evangelio, que propugna el dominio del hombre sobre la tierra. Otra acusación que suele hacerse a la cosmovisión de “izquierda” sobre la crisis climática es que amenaza el productivismo y las leyes del mercado. Por estas muchas “razones”, la próxima CPAC Brasil se celebrará en Manaus, un mes antes de la COP 30 en Belém. La propuesta ya cuenta con el apoyo del alcalde de la capital del estado de Amazonas. Según Eduardo Bolsonaro, la conferencia será una advertencia contra los retrasos que promoverá el ecologismo globalista en la COP 30.
El derecho de portar armas (armamentismo) fue objeto de varias intervenciones. Según el discurso dominante, el derecho de portar armas no es una devaluación de la vida, al contrario, tener armas es un derecho de defensa y una “garantía de la defensa de la vida y de la libertad”. El diputado federal Marcos Pollon (PL/MS) no perdió la oportunidad de vincular la agenda de las armas a la cuestión del aborto, afirmando que: El aborto es un asesinato, pero es defendido por la izquierda, que es desarmamentista. Su propuesta es desarmar para someter. Cuando hablamos de armas, tenemos que usar el softpower, mostrando que el derecho a estar armado reduce las muertes en Brasil.
La categoría “ideología de género”, como era previsible, fue utilizada siempre que surgió el tema de la educación. Y como “ideología transgénero” en los ataques a mujeres trans, definidas como hombres que se visten de mujer y se apropian de los derechos de las mujeres reales y las someten a la violencia. La diputada Júlia Zanatta (PL/SC) convirtió esto en un espectáculo de terror. Cuando subió al escenario, declaró que las mujeres están pasadas de moda, la moda ahora es el transactivismo, y luego dijo que están listas para el combate. Además, el término woke, que incluye “ideología de género”, así como otras categorías acusatorias, entró en el debate por intermedio de los participantes extranjeros y con cierto tono de novedad. Al hablar de woke, estadounidenses y húngaros destacaron las correlaciones entre woke y la teoría de la conspiración del gran reemplazo de poblaciones (the great replacement). Entre los brasileños, el término fue visto predominantemente como un nuevo nombre en clave para lo “políticamente correcto”3.
¿Nuevos argumentos? ¿Nueva semántica?
El tema del “lenguaje inclusivo” también se repitió como un problema. Pero en la CPAC se registró un nuevo estándar argumentativo. Cintia Chagas, una activista digital que se opone al lenguaje inclusivo, coordinó una conferencia-taller sobre la postura corporal y el uso del lenguaje para las/os candidatas/os a concejales entre el público y las potenciales primeras damas. En esta sesión, señaló lo siguiente: la lengua está viva y es cambiante, pero esto debe ocurrir de forma natural y gradual, no puede ser impuesto por una minoría ideológica. En otras palabras, a partir de ahora, la disputa sobre el lenguaje inclusivo no va a desarrollarse solamente en términos lingüísticos, como suele ocurrir (el lenguaje inclusivo destruye las lenguas), pasa a incorporar una perspectiva político-ideológica más explícita. En este sentido, parece estar produciéndose un cambio apasionante en relación con el propio significado de “ideología”.
Según el diputado Ricardo Sales:
Esto de los partidos es una tontería… lo que importa es en lo que crees, lo que defiendes. Nosotros de derechas tenemos que aprender a defender nuestros valores y nuestras posiciones… Ser de derechas es ser honesto, es no aceptar las maquinaciones, es saber que una de las plagas de la política es el fisiologismo del Centrão, es la negociación y las maquinaciones. Nunca podemos aceptar eso… Tenemos valores, principios, ética, no negociamos. La derecha no se vende al poder.
En el contexto de esta discusión, otras voces brasileñas han argumentado que la ultraderecha también es ideológica. Y esto es algo nuevo, porque hasta ahora prevalecía la acusación de que “los ideólogos son los otros”4, muy utilizada desde el 2018 para deslegitimar como falsas las posiciones de la izquierda, el feminismo, los movimientos antirracistas, indígenas, LGBT+ y ecologistas. Pero parece que, en el actual ambiente político, la ultraderecha instalada en el PL, Republicanos y União Brasil necesita diferenciarse claramente del Centrão (grupo de partidos fisiológicos de centro y centroderecha). Para ello, hay una reapropiación del término “ideología” en un sentido positivo: como descripción de su visión del mundo, considerada la verdadera y totalmente distinta de lo que piensa y hace no sólo la izquierda, sino también la “derecha estatista y oportunista”.
En cambio, el lema fascista “Dios, patria y familia” sigue siendo uno de los leitmotivs fuertes de Bolsonaro y fue utilizado insistentemente por la audiencia de Camboriú. El cambio de lema a “Dios, patria y libertad” o “Dios, patria, familia y libertad”, que comenzó a tomar forma en el 2022 y fue ampliamente utilizado por Jair Bolsonaro, parece no haber sido totalmente absorbido por las bases “patrióticas” todavía, circulando sólo a nivel de liderazgo. Por ejemplo, la activista Caroline Titoni dijo que las propuestas para regular las redes sociales es una forma de “persecución de la libertad”. Y, por supuesto, los argentinos y argentinas, empezando por Milei, fueron los portavoces más enérgicos de “la lucha por la vida, la libertad y la propiedad”.
Por otra parte, un nuevo tropo comienza a tomar forma en el repertorio semántico de la ultraderecha latinoamericana. Gustavo Villatoro, ministro de Justicia de El Salvador, tras mostrar vídeos de guerras y acciones policiales truculentas mezclados con imágenes de Bukele, argumentó que el estado de excepción es a la democracia lo que la seguridad de la población al narcotráfico. Y añadió: en el 2021 mandamos al carajo a la Corte Suprema de Justicia, a los cinco magistrados y también mandamos al fiscal general de la republica. Fue largamente aplaudido porque, como mencionado anteriormente, el discurso podía leerse como un mensaje a la Corte Suprema brasileña. La escena de Camboriú sugiere que el lenguaje del “estado de excepción” se está normalizando y podría extenderse rápidamente a los muchos contextos nacionales que ahora se ven drásticamente afectados por la sumergida economía de la droga y la crisis de violencia estructural que arrastra con ella.
Finalmente, pero no menos importante
Las agendas de la CEPAC Camboriú confirman una vez más que la ultraderecha nacional y transnacional es visceralmente antigénero, antifeminista, antiaborto y repudia enérgicamente a las personas trans y sus derechos, especialmente a las mujeres. Sin embargo, la gran presencia femenina en el evento y su frecuente presencia en el escenario dejan claro que este ecosistema no es “contra la mujer” como se suele afirmar en el debate político e incluso en los análisis académicos. Su proyecto de sociedad y de mundo incluye un régimen de género que, aunque asimétrico y las más de las veces androcéntrico, deja mucho espacio para la acción política de las mujeres. De hecho, como la estrategia electoral del PL[5] y aún más el vehemente discurso de Michele Bolsonaro en el evento dejan muy claro:
Nos mantendremos firmes, necesitamos educar a los ciudadanos en que todo pasa por el Congreso, todo pasa por la política… Lucharemos por nuestras libertades de expresión religiosa, por nuestros pequeños bebés, por la vida desde la concepción, por la propiedad privada, por la economía liberal, por la agricultura. Sí, lucharemos. Como siempre digo: una mujer sabia construye su casa, pero también su municipio, su estado, una mujer sabia construye una nación.
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Notas a pie de página
1 – El Canal Hipócrita, en el que participa el youtuber Paulo Vitor Souza, está siendo investigado por el Tribunal Supremo. Uno de sus humoristas fue arrestado durante 90 días por decisión del juez Alexandre Moraes.
2 – Los términos glocalismo/glocalista fueron acuñados por la filósofa transfeminista mexicana Sayak Valencia para describir fuerzas económicas y políticas que se mueven y articulan, sin mayor dificultad, entre lo local y lo global y viceversa.
3 – Véanse las entradas “Políticamente correto” y “Marxismo cultural” en el Pequeno Dicionário dos Termos Ambíguos do Debate Político Atual.
4 – Véase la entrada “Ideología” en el Diccionario de términos ambiguos del debate político actual ”.
5 – Véase PL Lança mais mulheres que o PR em São Paulo .