ABIA defiende la democracia, critica la ausencia de un mensaje unificado del gobierno federal sobre la COVID-19 y alerta para los riesgos de la militarización de la salud
La Asociación Brasileña Interdisciplinaria del SIDA (ABIA) expresa su profunda preocupación con los últimos cambios realizados por el Presidente Jair Bolsonaro en el Ministerio de Salud y con el apoyo que dio a un acto pro golpe celebrado el pasado domingo 19 de abril en frente al cuartel general del ejército en Brasilia. Como de costumbre, después de las críticas, Bolsonaro ha desdicho ya su posicionamiento y reafirmó que el Tribunal Supremo Federal (STF) y el Congreso Nacional deben permanecer abiertos. ABIA se suma a las críticas hechas a este acto, permanece atenta y en defensa da democracia en Brasil.
Sin embargo, con respecto al enfrentamiento del COVID-19, Bolsonaro no sólo mantuvo la defensa de la reapertura económica, sino que también anunció el pasado lunes día 20 de abril, que la cuarentena debe terminar esta semana. Aunque el nuevo ministro Nelson Teich haya afirmado públicamente estar a favor del aislamiento social, en su primer discurso a la nación dijo que estaba totalmente alineado con el comportamiento desastroso de Bolsonaro en el enfrentamiento a la pandemia de COVID-19.
Con esto, Teich también se asoció al discurso sectario, autoritario y altamente antiético de Bolsonaro porque el Presidente no respeta la opinión de toda la población. Además, el Presidente ha demostrado ser bastante hábil promoviendo la ignorancia, la confusión y en politizar un grave problema de salud que afecta la vida de millones de personas en todo el planeta.
Para nosotros de ABIA, el posicionamiento del nuevo ministro y las últimas declaraciones de Bolsonaro ponen en altísimo riesgo la salud de la población brasileña. El cambio en el mando del Ministerio de Salud no respondió a preguntas cruciales para el país: ¿Cuál es la posición del nuevo ministro para hacer frente a la peor pandemia de la historia mundial? ¿Defenderá el nuevo ministro el aislamiento social o apoyará la flexibilización como quiere el Presidente? ¿Adoptará el poder ejecutivo un mensaje unificado frente al COVID-19? ¿Cuál es el mensaje?
También nos preocupa la inexperiencia del nuevo ministro en la gestión en la esfera pública, su desconocimiento sobre el Sistema Único de Salud (SUS) y su larga carrera en el sector privado de la salud. Como señala su currículum profesional, Teich es oncólogo, propietario de una clínica privada en Rio de Janeiro especializada en oncología y nunca ha ocupado un cargo público.
Además, nos llamó la atención su reciente defensa de pruebas masivas para responder a la pandemia del nuevo coronavirus. ¿En qué principios se basan las pruebas masivas propuestas por el nuevo ministro? Esta respuesta es crucial para que comprendamos cuáles serán los parámetros de esta política de pruebas en el país. Varias campañas en curso en Brasil hoy, entre ellas, la #TesteparaTodxs protagonizada por ABIA y otras organizaciones de la sociedad civil, presionan por la ampliación de la oferta de pruebas, pero con base en la garantía de los derechos humanos.
Resaltamos que el colapso del área de salud ya se venía anunciando. La pandemia del nuevo coronavirus llegó a Brasil después de ataques sistemáticos contra el Sistema Único de Salud, algunos bajo el mando del entonces Ministro Luiz Henrique Mandetta, como fue el rebajamiento del Departamento del SIDA.
Actualmente, la respuesta a la epidemia de VIH/SIDA está aún más amenazada debido a la falta de claridad sobre cómo otras patologías como el VIH, la tuberculosis, el cáncer, entre otras, se integrarán en el SUS frente a la urgencia del COVID-19. El riesgo de sobrecarga del SUS pone en jaque la integralidad del sistema de salud pública y marcar las enfermedades como prioritarias, aunque sean urgentes, perjudica el derecho universal a la salud de todos. El nuevo ministro asume la tarea de dar continuidad al SUS y resolver estos dilemas dentro de un sistema del cuál no estamos seguro él tenga dominio.
Para nuestro asombro, además de apoyar un acto pro golpe, Bolsonaro determinó ya que el núcleo militar del gobierno supervise la nueva gestión del Ministerio de Salud. ¿Qué significa eso? ¿Cuál es el mensaje que la Presidencia de la República quiere transmitir a la sociedad brasileña con esta determinación? La militarización del enfrentamiento a la epidemia, según nos ha demostrado la historia, colocó en riesgo o violó los derechos humanos de todos los ciudadanos, especialmente de las personas más vulnerables. Recordamos que el SUS se rige por la descentralización, la participación democrática, el control social y la movilización interdisciplinaria e intersectorial y no forma parte del contexto de las acciones militares. Recientemente ABIA se manifestó públicamente y afirmó que «el mundo no necesita una guerra contra COVID-19 u otras representaciones bélicas, sino reaprender a trillar el camino de la solidaridad«.
Repetimos: Brasil no necesita una lógica de guerra. Necesitamos solidaridad.
Rio de Janeiro, 20 de abril de 2020
Asociación Brasileña Interdisciplinaria de SIDA